El caso de Cassandra o cómo el oportunismo blanquea el régimen del 78 y justifica la represión

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Nuestro partido siempre se ha caracterizado por condenar y solidarizarse con todos los casos posibles de represión: la política, la ideológica, la económica, la sindical, etc., pese a que en ocasiones, no hemos recibido esa solidaridad cuando los nuestros han sufrido la represión. Sin embargo, la solidaridad no es cuestión de cargarse de medallas, ni un tema que deba ser utilizado para, cual experto en marketing, “vender” las bondades de una determinada postura ideológica. El PCOE se solidariza con toda represión contra el proletariado, porque es lo justo.

Sin embargo, no podemos decir lo mismo del oportunismo. El oportunismo, por su esencia, se encuentra cómodo en el sistema en que vivimos, niega el carácter de clase del Estado y sus instituciones y, para ellos, el problema es la aplicación incorrecta de las leyes o los perniciosos efectos de la economía que soliviantan su moralidad pequeñoburguesa. Es decir, el oportunismo niega el carácter político de los problemas en el sistema capitalista, no yendo nunca a la raíz de los mismos sino quedándose en los efectos superficiales.

En este sentido se enmarcan las palabras de la entrevista concedida por la mediática Cassandra, la tuitera de los chistes de Carrero Blanco. Y decimos mediática porque su proximidad al partido oportunista de nuestro tiempo, Podemos, ha hecho que este caso tenga más visibilidad que las decenas de usuarios de la red social Twitter que se enfrentan a condenas por lo mismo, y de los que nadie habla. Por no hablar de casos de represión más graves, pero ese no es el asunto. El asunto está en que Cassandra, desde una actitud individualista basada en el “yo”, en el “que hay de lo mío”, ha pretendido descargar en otros las acusaciones vertidas contra ella, a la par de legitimar al Estado represor para ver si así capeaba el temporal.

Para Cassandra, y para el oportunismo en general, la Audiencia Nacional no es un tribunal de excepción, sino un instrumento válido que, según los oportunistas, a veces se le va la mano. Para esta oportunista y sus adláteres, la represión contra el pueblo vasco era justa y necesaria debido a la “maldad” intrínseca de la organización armada ETA. Por supuesto, la oportunista hace mutis por el foro de la falta de democracia que impide al pueblo vasco ejercitar sus derechos democráticos como nación. Para esta oportunista, los partidos políticos no son representantes de las diversas clases y capas sociales, sino que son agentes por encima de estas clases cuyo actuar debe ser el consenso para resolver los problemas de “la gente”. Para Cassandra, el yihadismo sale “del aire”, aparece de la nada por generación espontánea. Parafraseando al gran Olmo Dalcó en Novecento, diremos que han sido los imperialistas los que han plantado a los yihadistas, los han querido, les han pagado….

En definitiva, Cassandra blanquea al régimen del 78, cada vez más reaccionario. Cassandra justifica la misma represión que sufrió como algo necesario, como un mal menor contra todo aquello que amenace el sistema político en que tan cómodamente se encuentra. Cassandra, desde el individualismo, clama su adscripción al régimen del 78 para mejorar su situación personal y no duda en disparar contra, y poner en la diana a cuanto caso de represión que no sea el suyo haga falta.

Por todo ello, condenamos el oportunismo político ante la represión del Estado burgués, condenamos lo “políticamente correcto” en lo que a la represión de la disidencia se refiere y nos solidarizamos con todos aquellos que realmente sufren la represión del Estado, de sus medios de manipulación, de la patronal o de cualquier elemento que quiera mantener este sistema putrefacto, reaccionario y caduco que ya solamente se sostiene por la violencia.

 

COMISIÓN DE AGITACIÓN Y PROPAGANDA DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)




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