Juventud obrera viciada, burguesía beneficiada

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La juventud, con el paso de los días, percibe los salones de juego y las casas de apuestas como una forma alternativa de ocio que llama poderosamente la atención por su aparente facilidad de lucro. Desde el año 2013, los salones de juego han crecido un 73% en toda la Comunidad de Madrid. A día de hoy, existen un total de 385 salones en la región, según datos del Gobierno Regional de Madrid en 2017. La masiva  apertura de los salones de juego en Madrid ha sobrepasado a los Casinos y Bingos existentes en más de un 50%.

La situación de los vecinos de Carabanchel, Tetuán y Vallecas se hace cada vez más insostenible e insoportable, razón por la cual prolifera la  apertura de salones de juego en estos barrios obreros. Estos centros de ocio se ubican de manera estratégica para que 1 de cada 4 centros de Bachillerato y FP se encuentren a menos de 150 metros de distancia de un salón de juegos. La asquerosa perversidad de la burguesía, por medio de la dictadura terrorista del capital a través de la cual ejerce su poder, ha llegado al extremo de permitir que niños menores de 12 años puedan jugar con tragaperras infantiles con la miserable excusa de que es un pasatiempo infantil».

El fomento de la ludopatía y sus graves consecuencias para las familias obreras ha llevado a que muchos jóvenes de edades comprendidas entre 15 y 23 años constituyan el público que más frecuenta este tipo de locales. Según datos oficiales de la Comunidad de Madrid, los jóvenes pueden llegar a gastar una media de 300€ a la semana.

Los salones de juego están diseñados al detalle para que los jóvenes obreros se encuentren psicológica y materialmente cómodos: ambiente compuesto de luces brillantes, llamativas y coloridas; ausencia de ventanas que permitan la entrada de luz natural –para así perder la noción del tiempo–; temperatura perfecta a gusto de los jóvenes; acceso directo al consumo de alcohol barato; y sillones grandes y cómodos. La promesa de dinero fácil e instantáneo es lo que llama la atención a los jóvenes obreros, haciéndoles imaginar que pueden amasar una gran cantidad de dinero sin esfuerzo y en poco tiempo. Los salones de juego aseguran, con todo esto, que los jóvenes obreros se mantengan en la más absoluta ignorancia y alienación.

La proliferación de estos centros lucrativos es el fiel reflejo de la crisis general del capitalismo. La burguesía emplea todos los métodos y formas posibles para seguir manteniendo la dictadura del capital y, como ocurre en este caso, fomentan y promocionan la ludopatía en el seno de la juventud obrera. La propaganda de los salones de juego no otorga más que beneficios y ventajas a la burguesía. Por un lado, la publicidad presente en sus medios de comunicación, donde se invierten cantidades ingentes de dinero en campañas con personalidades del mundo del ocio y del deporte, inoculan y fortalecen la ideología burguesa. Se aseguran que la juventud obrera no cuestione el sistema capitalista y que no lo vean como el origen de toda la miseria y pobreza en la que viven. Y, por otro lado, a la burguesía monopolista le beneficia que los jóvenes obreros acudan a los salones de juego, ya que supone otra forma de explotar a la clase obrera y de saciar su sed de beneficio, de obtener las máximas cuotas de ganancia.

Por consiguiente, estas nuevas generaciones, que engrosarán las filas de la clase obrera en el futuro, no tendrán combatividad y organización alguna contra su explotación, y verán al mismo tiempo cómo sus condiciones de vida empeoran aún más. Se convertirán, de este modo, en masas más fácilmente explotadas, manipuladas e inofensivas para el capital. La burguesía, con el fomento de la ludopatía, se asegura que las próximas generaciones de trabajadores no eleven su conciencia de clase obrera, contribuyendo a que no se organicen en torno al partido de vanguardia de la clase obrera, guía en la lucha por el socialismo y el derrocamiento del sistema capitalista. Y, naturalmente, la respuesta de los partidos de la burguesía con respecto a este problema es nula o simbólica, como buenos títeres y colaboradores de la burguesía que son, y saca a flote, una vez más, la inutilidad del caduco sistema parlamentario burgués.

Por todo esto, desde el PCOE repudiamos la existencia de los salones de juegos y de las casas de apuestas. Denunciamos a la burguesía monopolista del Estado español como máxima responsable de la creación, financiación y promoción de estos locales, que representan para la clase obrera una lacra a eliminar urgentemente. Abogamos por un ocio sano en el que la juventud disfrute realmente. Llamamos a la juventud a que engrosen las filas del Partido para combatir la proliferación de los salones de juegos y lograr su neutralización total en una sociedad nueva. Hacemos un llamamiento a los trabajadores a que se unan al Frente Único del Pueblo (FUP) como único medio para derribar este sistema capitalista que nos explota y nos somete. La lucha por una sociedad socialista hará que la juventud disfrute de un verdadero ocio. Solo el Socialismo traerá bienestar en todas las dimensiones de la vida del proletario.

 

¡NO A LOS SALONES DE JUEGO!

¡FORTALECED LAS FILAS DEL PCOE!

¡SOCIALISMO O BARBARIE!

Secretaría de Juventud del Comité Regional del Partido Comunista Obrero Español (PCOE) en Madrid




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