SOBRE LA “HUELGA” DEL 8 DE MARZO Y EL DESVARÍO IDEOLÓGICO EN LA “IZQUIERDA”

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Llega el 8 de marzo y, con él, la celebración del día de la Mujer Trabajadora; a pesar de los esfuerzos realizados por parte del oportunismo y, cómo no por sus creadores, la burguesía, en quitar todo tipo de connotación de clase denominándolo día internacional de la Mujer. Dando continuidad a las manifestaciones producidas en 2017 con motivo de dicho día en EEUU, Argentina o Polonia, o al paro simbólico que se celebró en el estado español; para este año 2018 el movimiento feminista internacional pretende hacer una huelga feminista en decenas de países del mundo al objeto de, en palabras de una de las portavoces de la Comisión 8 de marzo, la podemita Justa Montero, “visibilizar que si paramos nosotras se para el mundo. Si quisiéramos otra cosa llamaríamos a una huelga general de todo el mundo”.

El manifiesto 8M de las convocantes de esta huelga señala que “la sororidad es nuestra arma; es la acción multitudinaria la que nos permite seguir avanzando. La fecha del 8 de marzo es nuestra, internacional y reivindicativa. Hoy, 8 de Marzo, las mujeres de todo el mundo estamos convocadas a la HUELGA FEMINISTA”, en consecuencia, abogan por la sororidad – agrupación de mujeres que comparten el mismo ideal y trabajan por la consecución de un objetivo – como arma, como fórmula organizativa, siendo el ideal y el objetivo los propios del feminismo; exigiendo la “plena igualdad de derechos y condiciones de vida, y la total aceptación de nuestra diversidad” de la mujer con respecto del hombre.

Curiosamente, en dicho manifiesto, no hay ninguna alusión a la cuestión clasista ni, por supuesto, aspira a la abolición del estado burgués, a la superación del capitalismo criminal y, consecuentemente, tampoco aporta alternativa alguna a este sistema económico ni a la superestructura que genera. De hecho, apelan al Estado, el mismo que da pruebas aquilatadas todo los días de ser completamente reaccionario, exigiéndole «que el Pacto de Estado contra las violencias machistas -por lo demás insuficiente- se dote de recursos y medios para el desarrollo de políticas reales y efectivas que ayuden a conseguir una sociedad libre de violencias contras las mujeres y niñas», pero ¿acaso el Estado burgués, que es el instrumento de opresión de la burguesía, de los monopolios, contra el pueblo laborioso, puede «conseguir una sociedad libre de violencias» cuando se apoya y sobrevive gracias al monopolio de la violencia para someter a las clases populares, compuestas al alimón por mujeres y hombres explotados a los que roban con impunidad?. Para ellas la contradicción que rige el mundo es de sexo y no de clase, es la existente entre la mujer, que es la oprimida, y el hombre, que es opresor.

La ‘democratización’ del mundo, la exportación de la democracia burguesa a todos los rincones del planeta, es uno de los argumentos mollares, o justificaciones, empleados por los imperialistas para justificar su política de injerencia, e incluso las guerras de rapiña, para que sus monopolios expolien inmisericordemente a los distintos pueblos del mundo.

Señalaba la feminista norteamericana Johanna Brenner en el número 70 de Viento Sur, de octubre de 2003, en su artículo “El feminismo transnacional y la lucha por la justicia global” lo siguiente:

En contraste con el Estado nacional débil y de dominación masculina y los movimientos fundamentalistas, las instituciones claves del orden neoliberal, principalmente el Banco Mundial, aunque también las agencias de gobiernos del Primer Mundo, como USAID [Organismo que gestiona la cooperación pública al desarrollo de los EEUU, NdT], proclaman su apoyo a la modernización y democratización.

Ofrecen recursos para el desarrollo económico de las mujeres, servicios sociales y sanitarios, los dirigentes del nuevo orden económico mundial se presentan como aliados del feminismo liberal. Las aspiraciones centrales feministas – ciudadanía plena, acceso igualitario a la educación y al empleo y finalización del derecho legal y cultural de los hombres del control del cuerpo de las mujeres, de su capacidad sexual y reproductiva – son completamente compatibles con el neoliberalismo. Las fuerzas que tienen más que perder con la institucionalización de objetivos políticos del feminismo liberal no son el Banco Mundial, el FMI o las corporaciones transnacionales.

(…)

Desde luego un orden económico neoliberal nunca daría cabida a la igualdad de género. Pero, dado que el capitalismo ofrece más espacio para la autodeterminación y la autoorganización de la gente de lo que hizo el feudalismo, también el orden de género neoliberal permite a las mujeres más espacio para participar en la vida pública y competir con hombres por poder y espacio.

No hemos de olvidar que mientras esta dirigente feminista norteamericana, y profesora de la Universidad de Portland, nos explica que la agencia gubernamental norteamericana para el desarrollo, USAID, apoya la modernización, la democratización y con ellos, al feminismo, en realidad nos encontramos ante una agencia golpista e injerencista partícipe en el asesinato de la líder indígena hondureña Berta Cáceres, que financia el golpismo y el terrorismo en Venezuela o en Cuba, o que, reproduciendo el contenido del artículo de Dick y Miriam Emanuelsson para el periódico Resumen Latinoamericano titulado “Perú: El crimen fujimorista; la esterilización forzada de 370.000 peruanos y peruanas”, en diciembre de 2017, en el que señala que “Entre 1995-2001 fueron esterilizadas forzosamente 346.219 mujeres y 24.535 varones, según un informe realizado por una comisión parlamentaria independiente, el año 2002. El mismo congreso nacional del Perú investigó los casos de anticoncepción quirúrgica y concluyó que 314.605 mujeres fueron esterilizadas en el marco del Programa Nacional de Planificación Familiar del gobierno de Alberto Fujimori. El Comité Latinoamericano y del Caribe de los Derechos de la Mujer (Cladem) concluyó que sólo el 10% de las mujeres que fueron esterilizadas en aquel período dieron su ‘consentimiento genuino’. Las organizaciones feministas aplaudieron al principio el programa de planificación. USAID y la UE financiaron con millones de dólares, lo que al final resultaba ser un programa de horror para los afectados.”. Esta atrocidad fue también, en parte, una de las maneras que el imperialismo empleó para combatir a las guerrillas peruanas.

Y es que el feminismo, aparte de ser ideología burguesa, de desviar al proletariado de su misión histórica y desorientarlo ideológicamente sembrando el individualismo, es un instrumento de las potencias imperialistas para someter a los pueblos del mundo e imponerles sus políticas, ya sea a sangre y fuego ya sea a través de sus ONGs y sus esbirros. Es por ello que, como reconoce Johanna Brenner, el imperialismo y sus instituciones fomentan y financian el feminismo, como recoge en el artículo mencionado anteriormente que dice “El feminismo transnacional no ha dependido para su crecimiento como organización de fondos generados por sus miembros sino de recursos provenientes de instituciones poderosas como Naciones Unidas, gobiernos socialdemócratas en el Norte y fundaciones privadas en los países capitalistas.”. En el número XXV de la revista feminista Brujas, de Argentina, en octubre de 1998, Magui Belloti y Marta Fontenla, en su artículo “ONGs, financiamiento y feminismo” nos señala lo siguiente:

El papel del Estado y el creciente flujo de fondos para la implementación de políticas económicas y sociales impuestas por los países centrales, le han otorgado un nuevo papel a las ONGs como diseñadoras e implementadoras de programas de desarrollo, confiriéndoles a las mismas un rol político en la transmisión de las propuestas relacionadas con las soluciones neoliberales para la pobreza que el modelo genera y profundiza y en el control de los/as pobres, respondiendo a los intereses de los poderes hegemónicos del llamado Primer Mundo.

Coraggio señala que se ha multiplicado un nuevo tipo de ONGs, alejadas del modelo asociado a este término en América Latina (…) La disponibilidad de fondos de los donantes internacionales también condujo a un segundo cambio, que fue la explosión de nuevas ONGs creadas expresamente para explotar esos recursos financieros.

Las ONGDs de Europa y EEUU captan fondos de los gobiernos, empresas, particulares o partidos políticos, que son en parte volcados a América Latina y Caribe, Asia y África, a través de las ONGs locales. En este pasaje del mundo desarrollado al subdesarrollado, la mayoría de las ONGs locales no usan el aditamento en desarrollo en su denominación y no se presentan así públicamente. Este dinero es traído mediante proyectos que deben ser aprobados por las ONGDs financiadoras, conforme las prioridades que estas vayan fijando, estableciéndose el modelo privatizador de dependencia norte-sur (relación de dependencia ONGD y ONG a nivel micro); sirven así de canal de transmisión de la ideología liberal y neoliberal y contribuyen al control de los movimientos sociales.

La inmensa mayoría de las ONGs locales no existen sin la dependencia del financiamiento externo el reconocimiento del estado. Esta dependencia del dinero que llega de los países que imponen el ajuste estructural y las políticas de hambre en América Latina y Caribe deslegitima las acciones de estas ONGs, que no critican las políticas de las agencias financiadoras ni cuestionan el origen de esos fondos, es decir su vinculación con la explotación de nuestros países y los modelos económicos de exclusión y marginalización.

Desde fines de los 70 y durante los 80 y 90 se desarrollan todo tipo de ONGs locales, para tratar los temas considerados prioritarios y convenientes por las financiadoras, entre ellos las mujeres (…) Este es el proceso que llamamos de OENEGIZACIÓN de los movimientos sociales, que consideramos contribuyó en gran medida a la desarticulación y despolitización de los mismos, si bien no es la única causa.

(…)

Con la creación de estas ONGs hacia fines de los años 70, la mayoría de las llamadas intelectuales del feminismo y del movimiento de mujeres se ligan a las agencias de financiamiento extranjeras y a sus prioridades intelectuales y políticas.

Desde las propias filas del feminismo, no sólo se reconoce que el grueso del movimiento feminista es financiado y está al servicio de las potencias imperialistas sino que, además, es un instrumento que sirve para inocular la ideología burguesa, el individualismo, controlar, desarticular, despolitizar y desmovilizar al pueblo, a los movimientos sociales.

En los estados imperialistas, el feminismo es estimulado por el Poder, financiado y captado por dichos estados para obtener legitimación y mostrar una imagen de modernización y de democracia y, de paso, dividir a la clase obrera y combatir ideológicamente a la única ideología emancipadora, y propia, del proletariado: El marxismo-leninismo. Además, determinadas fracciones de la burguesía enarbolan la bandera del feminismo para tratar de acumular fuerzas en sus procesos electorales para acceder al gobierno, o en el ejercicio de su labor de oposición. Ello se ha comprobado en los EEUU, donde Hillary Clinton blasonó el feminismo en su carrera hacia la Casa Blanca y, posteriormente, el Partido Demócrata alienta el feminismo en su labor de rechazo del reaccionario Donald Trump.

En el estado español, una gran parte del movimiento feminista está financiado por el Estado, y muchas de estas organizaciones están subordinadas a los partidos políticos de la ‘izquierda’ del sistema, al oportunismo, y a los socialfascistas del PSOE.

A la convocatoria de huelga feminista se han sumado sindicatos y partidos políticos y parte del Estado. Así tenemos que Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, hará “huelga simbólica” de dos horas el próximo día 8 de marzo, argumentando que “hoy en España no hay igualdad, no la hay en el ámbito laboral (…) se está a años luz de la igualdad real”, sin embargo, la Presidenta de la Junta es consciente y conocedora que en empresas con participación en el accionariado de la Junta de Andalucía se despiden a mujeres embarazadas, en baja maternal, a trabajadores y trabajadoras con reducción de jornada y mira para el otro lado y apoya la represión laboral y sindical realizada en dichas empresas por empresarios y empresarias amigas del PSOE. Miles de ayuntamientos gobernados por PSOE, IU, marcas de PODEMOS, etcétera, se han sumado a dicha huelga feminista; al igual que cientos de Consejeras, Conselleres, y demás cargos autonómicos también se suman.

El PSOE respaldará los paros de 2 horas convocados por el sindicalismo vertical de CCOO y UGT. Sin embargo, tanto CCOO como UGT en empresas como Renault o Adolfo Domínguez han acordado con sus respectivas empresas paros de 10 y 15 minutos – en lugar de las dos horas – de tal modo que el empresario los permite sin detraer el tiempo del paro de 10 y 15 minutos de las nóminas. Y es que estos sindicatos corrompidos, y vendidos a la Patronal y su Estado, siempre que pueden limpiar la imagen de los empresarios no dudan en hacerlo.

CCOO y UGT señalan que convocan una huelga general parcial para el 8 de marzo (dos horas por turno) de este país porque es necesario visibilizar las brechas y discriminaciones que, por razón de sexo, existen en el mercado laboral y dar respuesta a las demandas y las necesidades de las trabajadoras. Dicen querer visibilizar las brechas pero, sin embargo, CCOO y UGT no dudan en firmar acuerdos y convenios con las empresas donde se establecen dobles escalas salariales entre los trabajadores que se incorporan a la empresa contratados en prácticas – cobrando el 60% de las tablas salariales el primer año y el 75% el segundo -, firman convenios donde, dependiendo de la antigüedad, perciben unos conceptos salariales o no – dobles escalas salariales – que incluso han sido tumbadas por la justicia burguesa, como por ejemplo el Convenio de Industrias Metalgráficas, Carnes selectas, empresa El Pozo, y un largo etcétera. CCOO y UGT son responsables de la paupérrima situación existente en los centros de trabajo, llevan 40 años engañando y traicionando a los trabajadores siendo un instrumento esencial en todos estos años para hacer que los salarios siempre vayan por debajo de la carestía de vida. Hablan de visibilizar las discriminaciones por razón de sexo pero, sin embargo, CCOO ha sido condenada por despedir a una trabajadora suya que pidió la reducción de jornada por maternidad, no dudando en aplicar la reforma laboral de Rajoy en despedir a trabajadores y trabajadoras.

Por otro lado, PODEMOS apoya la convocatoria de la Comisión 8 de Marzo #nosotrasparamos, a la que dirigen, que llama a las mujeres a parar, en los términos del manifiesto 8M. Un auténtico disparate que no sólo estimula el interclasismo, sino que segrega y divide a la clase obrera y corrompe y desfigura lo que es la huelga. Los anarcosindicalistas de CGT y CNT se unen a la huelga feminista convocando huelga general de 24 horas contra la brecha salarial en salarios y pensiones y por medidas de igualdad entre hombres y mujeres. Por otro lado, el bloque sindical combativo”, donde también se encuentran CGT y CNT, convocan huelga general feminista de 24 horas ‘rompiendo las cadenas del machismo y del capital’.

Como puede comprobarse, si algo predomina es la división y el desvarío ideológico. Pero, ¿Y los comunistas? Pues en la mayoría de las organizaciones que se autodenominan del marxismo-leninismo abunda el oportunismo más descarnado y el desprecio a las enseñanzas de Lenin y a la dialéctica. El desvarío ideológico también se halla instalado en las organizaciones que dicen reivindicar el Comunismo, abrazando de manera abierta unos, y vergonzante otros, la huelga feminista. La desvergüenza y la falta de rigor no falta cuando desde la fracción del PCPE se advierte el hecho de que las organizaciones sindicales hayan superado los ambiguos contornos ciudadanistas e interclasistas que se ha querido dar a esta jornada de lucha convocando paros laborales para el 8 de Marzo, situando así correctamente el 8 de Marzo en el corazón de la lucha de clases, en los centros de trabajo. La realidad señala que el 65% de la clase obrera desconoce en sus centros de trabajo lo que es la organización sindical, lo que son las elecciones sindicales; están a merced del burgués. Por otro lado, esta huelga no parte de la clase obrera sino del movimiento feminista totalmente financiado y dirigido por la burguesía. ¿Dónde está el rigor en el análisis de la realidad? ¿Dónde han votado los trabajadores en asamblea en los centros de trabajo ir a la huelga? ¡Si es que en la inmensa mayoría de los centros de trabajo no se ha dado ni una asamblea! ¡Acaso no es esto engañar al proletariado!

Estos falsos comunistas que tienen Secretarías de Feminismo y de Liberación de la Mujer, no dudan en fundirse con el enemigo de clase, adolecen de valor para enarbolar los principios del marxismo-leninismo y el enorme poso de conocimiento y experiencia que atesora nuestra ciencia y nuestra historia.

Hoy más que nunca es necesario recordar la Tesis sobre los métodos y las formas de trabajo de los partidos comunistas entre las mujeres, del III Congreso de la Internacional Comunista cuando señalaba la tarea de cada partido comunista de propagar su influencia hasta las capas más amplias de la población femenina de su país mediante la organización de aparatos especiales e internos del partido y el establecimiento de métodos especiales de acercamiento a las mujeres para liberarlas de la perspectiva mundial burguesa o de la influencia de los partidos conciliadores y para forjar entre ellas resueltas luchadoras por el comunismo y, por lo tanto, combatientes por la educación integral de las mujeres (…) El III Congreso de la Internacional Comunista reafirma la proposición fundamental del marxismo revolucionario de que no existe ninguna ‘cuestión especial de la mujer’, ningún movimiento especial de la mujer. Cualquier tipo de unidad de las obreras con el feminismo burgués, con el apoyo por parte de las obreras a las tácticas parcial o abiertamente traicioneras de los socialconciliadores – los oportunistas -, conduce al debilitamiento de las fuerzas del proletariado. Esto retrasa la revolución social y el advenimiento del comunismo, y por lo tanto el grandioso momento de la completa emancipación de la mujer., sin embargo, hoy los falsos comunistas confluyen con oportunistas y socialfascistas y se travisten de feministas en lugar de llevar el comunismo a las mujeres para atraerlas al Partido, como comunistas, en definitiva, hacen lo contrario de lo que debieran hacer, traicionan al marxismo-leninismo, reman a favor de la burguesía, de la división y del engaño a nuestra clase, a la causa del comunismo.

Señalaba Leninque la verdadera emancipación de la mujer sólo es posible mediante el Comunismo. Hay que hacer resaltar con toda fuerza la relación indisoluble que existe entre la posición social y humana de la mujer y la propiedad privada sobre los medios de producción. Con esto, trazaremos una divisoria firme e imborrable entre nuestro movimiento y el movimiento feminista. Además, de este modo echaremos las bases para enfocar el problema de la mujer como una parte del problema social, del problema obrero, firmemente unida, por tanto, a la lucha proletaria de clases y a la revolución. Hay que conseguir que el movimiento femenino comunista sea también un movimiento de masas, una parte del movimiento general de las masas (…) Sin atraer a la mujer, no conseguiremos un verdadero movimiento de masas. (…) De nuestro punto de vista ideológico se deriva el criterio de organización. Nada de organizaciones especiales de mujeres comunistas. La que sea comunista, tiene su puesto en el partido, lo mismo que el hombre. Con los derechos y deberes comunistas”. Sin la mujer trabajadora militante el capitalismo se perpetuará y no habrá revolución socialista posible, y sin revolución no habrá emancipación del proletariado, que es el llamado para liberar a todas las clases explotadas por el capitalismo. El PCOE tiene abierta sus puertas a todas las mujeres que quieran luchar contra todas las maneras de explotación y, en nuestro deber, denunciamos al oportunismo traidor que enarbola la bandera del feminismo – financiado, promovido y dirigido por el capitalismo putrefacto – al objeto de dividir y desviar a la clase obrera de su misión histórica, que no es otra que la emancipación de la clase obrera acabando con el capitalismo criminal, que nos condena a la explotación y a la indignidad, y construyendo el socialismo.

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)

 




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