Stalingrado: La victoria del Socialismo contra el fascismo

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La batalla de Stalingrado debe servirnos a los comunistas de ejemplo. Un Partido Comunista con una línea ideológica firme, que llega hasta las últimas consecuencias en la lucha por los intereses de la clase obrera deberá afrontar, como lo hicieron nuestros hermanos soviéticos en el pasado hace 75 años, las pruebas más duras. La Segunda Guerra Mundial fue ejemplo de ello, igual que el Partido Comunista de la Unión Soviética y el heróico pueblo ruso fueron ejemplo de disciplina, orgullo y fuerza.

La construcción del Socialismo, tarea primordial del PCUS, que diera a los trabajadores de la Unión Soviética la vida digna que se merecían y por la que tanto tiempo estuvieron luchando se vio interrumpida por el inicio de una nueva Guerra Mundial. Si en 1914 las burguesías de las principales potencias decidieron comenzar la primera Guerra Mundial para obtener un nuevo reparto, creando en Rusia las condiciones para que los obreros, los campesinos y el ejército comprendieran, gracias al Partido Bolchevique, la necesidad de la revolución Socialista para obtener la paz, el pan y la tierra, esta nueva Guerra se enfocaba desde un punto totalmente distinto para el ya pueblo soviético. Era el momento de la defensa de todo lo logrado, la defensa de la dignidad del pueblo socialista y del rechazo de un nuevo, el enésimo, ataque del imperialismo esta vez en su faceta más sanguinaria: el fascismo.

Más de 26 millones de muertos fue el coste que tuvo que asumir la Unión Soviética para vencer al fascismo, encabezado por la Alemania Nazi. Medio millón de soviéticos, entre civiles y soldados del invencible Ejército Rojo, perecieron en la batalla de Stalingrado, dando su vida por la Madre Patria, tierra del Socialismo. La consigna de Stalin ¡Ni un paso atrás!” fue asumida como propia por el Ejército Rojo y por el pueblo ruso, tanto en el frente como en la retaguardia, evitando así que el país de los soviets fuera subyugado por el fascismo alemán y permitiendo a las tropas soviéticas comenzar la ofensiva que finalizaría en Berlín casi tres años más tarde.

Una batalla que sirve de ejemplo para los comunistas del mundo entero hoy. Stalingrado mantiene la esencia de la victoria del Socialismo, la aspiración máxima del proletariado y que este defendió y defenderá con su vida si es preciso, contra el fascismo, hijo predilecto del capitalismo y resultado último de profundizar en la democracia burguesa. La batalla de un país con la justicia por bandera contra la peor creación del capitalismo en toda su historia.

Una rotunda victoria de todo un pueblo, en desventaja técnica y productiva, que apoyado en la justa línea ideológica y política de su Partido, el PCUS, y en la más severa disciplina pudo vencer, con su Ejército Rojo al frente, al enemigo más peligroso que la humanidad haya enfrentado jamás. Un ejemplo de que el pueblo organizado puede vencer hasta al más fiero enemigo, un éxito del Partido Comunista de Lenin y Stalin que jamás cejó en organizar a la clase obrera y en enfrentar todos los retos necesarios para alcanzar la meta del Socialismo.

La batalla de Stalingrado, primera piedra de la victoria soviética en la Segunda Guerra Mundial, es uno de los más claros ejemplos de los criminales retos que la burguesía lanza a los trabajadores que, organizados, luchan por un mundo mejor y un ejemplo de que, igualmente organizados con el Partido Comunista, todos esos retos pueden ser superados. El Partido Comunista Obrero Español, siguiendo el ejemplo de los maestros Marx, Engels y Lenin, de igual forma que Stalin hizo de forma brillante, asume y asumirá todos los retos que sean necesarios para la construcción del Socialismo y su defensa.

D. García Secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)



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