El coronavirus se ha convertido en la excusa perfecta para comenzar a aplicar todas aquellas medidas que la burguesía venía planeando aplicar en un futuro inmediato por las previsiones de la crisis económica que se auguraba.
Con el pánico generado entre el pueblo trabajador por el virus COVID-19, gracias a los medios de masas a sueldo de la burguesía, pretenden aplicar todas las medidas contra el pueblo trabajador que, sin la excusa del coronavirus, habrían sido tremendamente difíciles de implementar y habrían supuesto una conflictividad social que la burguesía quiere evitar a toda costa.
Es en este escenario donde el presidente del Gobierno ha salido ya a anunciar dos paquetes de medidas destinadas a transferir capitales desde lo público a lo privado (cerca de unos 14.400 millones de euros) y a agilizar los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), desarrollando así una estrategia agresiva de reducción de derechos y condiciones laborales para la clase trabajadora.
CCOO y UGT han negociado estas rebajas de condiciones laborales, encubriendo este engaño con fraseología como “aumentar la flexibilización del mercado laboral”, con lo que no se pretende otra cosa que facilitar a los empresarios el despido masivo de trabajadores mediante Expedientes de Regulación de Empleo permanentes (EREs) o temporales (ERTEs).
Un plan que la patronal llevaba gestando desde hace meses, tras los primeros síntomas de crisis económica, una crisis de deuda global que va a afectar a España sin lugar a dudas. Así, la burguesía, dueña de los medios de producción, necesita para mantener sus beneficios económicos en un escenario de recesión ajustes consistentes en reducir las condiciones laborales, transferir capitales públicos a los privados, etc.
El sindicalismo amarillo y vendido de CCOO y UGT, gustoso le va a proporcionar a la patronal el respaldo, gracias a la insignia del Estado de “sindicatos mayoritarios” -pese a que la afiliación en este país no llega ni al 12%-, para que lleven a cabo todos sus atropellos contra la clase trabajadora como ya hicieron en la crisis de 2009.
No cabe la menor duda de que el Gobierno junto con la patronal y los sindicatos vendidos van a iniciar esta ofensiva para rebajar aún más los maltrechos derechos del pueblo trabajador. Y ante este escenario a nuestra clase no le queda más que organizarse, a marchas forzadas, en torno al sindicalismo de clase y combativo y parar los pies a la burguesía con toda la determinación en la lucha.
Apenas unos días ha necesitado la burguesía que, de forma organizada y escudándose en el ambiguo aspecto de “las causas de fuerza mayor”, se ha lanzado a hacer ERTEs en gran parte del tejido productivo del país: Nissan, Desigual, Globalia, Euromaster, Liwe Española, Adolfo Domínguez, IAG (Iberia, Vueling, BA y Aer Lingus), Air Nostrum, Burguer King, Ryan Air, Renault, Seat, Tendam (Cortefiel, Pedro del Hierro), Zena Alsea (Vips, Starbucks, Domino’s Pizza), Kostal Eléctrica, Magneti Marelli, etc.
Las secciones sindicales del sindicalismo de clase y combativo deben demostrar ahora su valor y fuerza en la lucha de los intereses de los trabajadores. No se puede caer en la trampa planteada por la burguesía en forma de interclasismo de “remar todos en la misma dirección para vencer al coronavirus”, hay que movilizarse contra cualquier ERE, ERTE o rebaja de derechos y movilizar a las plantillas contra cualquier ataque.
Durante todos estos años se ha enriquecido la patronal explotando al obrero con condiciones mucho más beneficiosas que en el pasado gracias a las rebajas de derechos firmadas por los sindicatos vendidos CCOO y UGT (reformas laborales, subrogaciones, creación de falsos autónomos, convenios colectivos con peores condiciones…). ¡No permitamos ni por un instante que se vuelva a repetir este engaño!
Con el pánico generado entre el pueblo trabajador por el virus COVID-19, gracias a los medios de masas a sueldo de la burguesía, pretenden aplicar todas las medidas contra el pueblo trabajador que, sin la excusa del coronavirus, habrían sido tremendamente difíciles de implementar y habrían supuesto una conflictividad social que la burguesía quiere evitar a toda costa.
Es en este escenario donde el presidente del Gobierno ha salido ya a anunciar dos paquetes de medidas destinadas a transferir capitales desde lo público a lo privado (cerca de unos 14.400 millones de euros) y a agilizar los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), desarrollando así una estrategia agresiva de reducción de derechos y condiciones laborales para la clase trabajadora.
CCOO y UGT han negociado estas rebajas de condiciones laborales, encubriendo este engaño con fraseología como “aumentar la flexibilización del mercado laboral”, con lo que no se pretende otra cosa que facilitar a los empresarios el despido masivo de trabajadores mediante Expedientes de Regulación de Empleo permanentes (EREs) o temporales (ERTEs).
Un plan que la patronal llevaba gestando desde hace meses, tras los primeros síntomas de crisis económica, una crisis de deuda global que va a afectar a España sin lugar a dudas. Así, la burguesía, dueña de los medios de producción, necesita para mantener sus beneficios económicos en un escenario de recesión ajustes consistentes en reducir las condiciones laborales, transferir capitales públicos a los privados, etc.
El sindicalismo amarillo y vendido de CCOO y UGT, gustoso le va a proporcionar a la patronal el respaldo, gracias a la insignia del Estado de “sindicatos mayoritarios” -pese a que la afiliación en este país no llega ni al 12%-, para que lleven a cabo todos sus atropellos contra la clase trabajadora como ya hicieron en la crisis de 2009.
No cabe la menor duda de que el Gobierno junto con la patronal y los sindicatos vendidos van a iniciar esta ofensiva para rebajar aún más los maltrechos derechos del pueblo trabajador. Y ante este escenario a nuestra clase no le queda más que organizarse, a marchas forzadas, en torno al sindicalismo de clase y combativo y parar los pies a la burguesía con toda la determinación en la lucha.
Apenas unos días ha necesitado la burguesía que, de forma organizada y escudándose en el ambiguo aspecto de “las causas de fuerza mayor”, se ha lanzado a hacer ERTEs en gran parte del tejido productivo del país: Nissan, Desigual, Globalia, Euromaster, Liwe Española, Adolfo Domínguez, IAG (Iberia, Vueling, BA y Aer Lingus), Air Nostrum, Burguer King, Ryan Air, Renault, Seat, Tendam (Cortefiel, Pedro del Hierro), Zena Alsea (Vips, Starbucks, Domino’s Pizza), Kostal Eléctrica, Magneti Marelli, etc.
Las secciones sindicales del sindicalismo de clase y combativo deben demostrar ahora su valor y fuerza en la lucha de los intereses de los trabajadores. No se puede caer en la trampa planteada por la burguesía en forma de interclasismo de “remar todos en la misma dirección para vencer al coronavirus”, hay que movilizarse contra cualquier ERE, ERTE o rebaja de derechos y movilizar a las plantillas contra cualquier ataque.
Durante todos estos años se ha enriquecido la patronal explotando al obrero con condiciones mucho más beneficiosas que en el pasado gracias a las rebajas de derechos firmadas por los sindicatos vendidos CCOO y UGT (reformas laborales, subrogaciones, creación de falsos autónomos, convenios colectivos con peores condiciones…). ¡No permitamos ni por un instante que se vuelva a repetir este engaño!