Vestas Daimiel (Ciudad Real) es otro ejemplo de cómo el capitalismo exprime hasta la última gota a sus máquinas de producción: los obreros.
Esta empresa es una de las tantas que durante años llevan incumpliendo ya no derechos en materia sindical, sino incluso humanos. En ella se producen despidos y sanciones arbitrarias, más llevadas por motivos personales que laborales, usando los insultos y las amenazas para amedrentar a los trabajadores y mantener un control laboral y psicológico sobre ellos.
A esto se le suman los problemas de salud derivados del uso de elementos químicos que la planta usa para la fabricación de palas de molinos eólicos, que los exponen a sustancias altamente tóxicas como son Bisfenol A, Epiclorhidrina, MDA y 4-Terbutilfenol, que producen cáncer, mutaciones, problemas en la reproducción y disruptor endocrino. Esto no solo es dañino para la salud física, sino también para la mental, pues sus consecuencias afectan a su comportamiento, estado emocional, y por tanto, a las relaciones sociales con familias y allegados.
Esta realidad de explotación inhumana de la clase trabajadora se ve además consolidada por las políticas antiobreras de los distintos gobiernos de turno, siendo el actual gobierno “más progresista de la historia” un peón más al servicio de las grandes empresas, concediendo millonarias ayudas con dinero público a través de los ERTE, de subvenciones para deslocalizar la producción (lo que ellos llaman internacionalización) y toda clase de prebendas.
Vestas Daimiel es un ejemplo claro de como en el capitalismo el trabajador se ve privado de todo, su trabajo enajenado y su única libertad es la de morirse de hambre. No es ninguna excepción porque esta realidad, con diferentes matices, la viven todos los trabajadores.
El capitalismo es un muerto viviente que arrasa con todo en su intento por sobrevivir, destruyendo todo a su paso, incluyendo el propio planeta. Pero ese muerto viviente sólo caerá por la acción revolucionaria de la clase trabajadora guiada por la ciencia marxista-leninista. Para ello es imprescindible la unidad de acción de los comunistas, que deben guiar todas las luchas de la clase trabajadora en una única lucha contra el sistema, por la construcción de un Frente Único del Pueblo que permita acabar con el capitalismo y construir el socialismo.
COMITÉ PROVINCIAL DE CIUDAD REAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)