En un artículo anterior nuestro partido ya denunció cómo diferentes organizaciones políticas al servicio del sistema capitalista criminalizaban a los trabajadores inmigrantes al mismo tiempo que beneficiaban a empresarios y terratenientes para seguir explotándolos con total impunidad. La situación no es exclusiva del Estado Español, cómo han denunciado temporeros españoles que se encuentran en la vendimia en Francia.
Una parte de los 14.000 temporeros que cada año van a trabajar a Francia han denunciado las vejaciones, abusos y falta de alojamiento por parte de la empresa NORD-EST, algo de lo que se ha hecho eco el diario Público. Estos denuncian que sufrieron “maltratos de todo tipo” (…) “Nada más llegar nos dijeron que por el tema del coronavirus no nos iban a dar comida ni alojamiento. Aún así empezamos a trabajar sabiendo eso, pero desde el primer día no nos daban ni una botella de agua. Nos insultaban, se reían de nosotros, nos llamaban hijos de puta y muertos de hambre”, cuenta una temporera española.
Estas humillaciones iban acompañadas de amenazas: “Cuando nos quejábamos y decíamos que no podíamos seguir trabajando así nos decían que no trabajáramos y nos descontaban las horas. Así era todos los días…”
Pese a que el pretexto de no darles comida ni alojamiento fue el COVID-19 (lo cual no deja de ser una excusa para ahorrar costes), esta enfermedad no pareció importarles al someter a sus trabajadores a condiciones insalubres, como privarles de un baño:
“No teníamos baño y si tenías necesidades tenías que esconderte un poco entre las viñas para poder hacerlo o hacer de tripas corazón y aguantar. (…) “También reclamamos duchas, pero nos dieron una ducha para más de 120 personas (éramos grupos de 60 personas). Imagínate cómo estaba la ducha. Hubo mucha gente que decidimos no ir, pero deberíamos haber tenido derecho a ducharnos después de las jornadas de trabajo”.
De igual manera que ocurre con muchos temporeros inmigrantes en España, en Francia también se les priva de alojamiento:
“Para dormir te tenías que buscar la vida. Mi compañero y yo teníamos furgoneta, pero había mucha gente que no tenía nada y han tenido que dormir en tiendas de campaña escondidos en parques o donde pillaban. Algunos días nos han echado y hemos tenido que recoger el campamento por la noche cuando al día siguiente teníamos que trabajar” (…) “Tengo otros compañeros a los que les reservaron un espacio, pero estaba literalmente en un vertedero. Cuando los jefes nos dijeron que podríamos dormir en un vertedero creíamos que era cachondeo, que lo decían porque eran unos clasistas, pero cuando llegamos ahí era un vertedero de verdad. Hubo mucha gente que se quedó porque del vertedero no te echaba la Policía”.
Las experiencias de mujeres temporeras marroquíes en España que sufrieron no sólo explotación laboral, sino acoso sexual tampoco es algo ajeno para las trabajadoras españolas en Francia:
“El día en el que la situación se volvió insostenible fue un día en el que varios hombres-también trabajadores-empezaron a acosar a chicas de mi grupo de trabajo. Las miraban, las tocaban… y las chicas de nuestro grupo nos negamos a trabajar con esa gente. Cuando se lo dijimos a nuestro superior él se rio de nosotras y nos dijo que nos estaba pasando eso por ir así vestidas.”
Como vemos, la clase obrera, independientemente de su nacionalidad, sufre los mismos tipos de opresiones en uno u otro país que esté bajo los dictámenes del capitalismo, por lo que no vamos a defender divisiones entre la misma, ya lo haga la derecha con sus discursos xenófobos o la izquierda oportunista que demoniza a “los blancos” en abstracto, sin entender que una cosa es la élite económica de un país y otra su clase obrera. Desde el Partido Comunista Obrero Español (PCOE), como internacionalistas, defendemos la unión de las luchas de los trabajadores de los diferentes pueblos del mundo. Como dijo un auténtico internacionalista como fue el Che Guevara, “si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante.”
Al mismo tiempo, apoyamos una Reforma Agraria Antilatifundista y Antimonopolista para solucionar los problemas relacionados con el trabajo del campo, entregando las tierras al pueblo, permitiendo a los jornaleros el trabajo digno en el campo, generando un impulso industrial para el desarrollo de este, que permita que tanto jornaleros como ingenieros y técnicos se queden en el país a trabajar gracias a la Reforma Agraria y no tengan que verse obligados a emigrar al extranjero en busca de trabajo.
Pero todo ello solo se puede lograr con la integración de todas las luchas relacionadas con obreros, campesinos, estudiantes, pensionistas, etc; en un Frente Único del Pueblo que sirva de vehículo contra la raíz de los males que nos aquejan a obreros y campesinos, el imperialismo criminal, que nos sume -como hemos visto a lo largo de este artículo- en la miseria moral y material. Un Frente Único del Pueblo que luche por la Reforma Agraria, que debe ser Antilatifundista y Antimonopolista, que nos debe sacar de la Unión Europea, para lograr sus objetivos y que debe ser también el motor de la construcción del socialismo, máxima aspiración de las clases trabajadoras hoy.
¡Fortalece el Partido Comunista Obrero Español!
¡Trabajadores de todos los pueblos, uníos!
¡Por la Reforma Agraria Antilatifundista y Antimonopolista!
¡Por el Frente Único del Pueblo!
Secretaría de Movimiento Obrero y de Masas del Partido Comunista Obrero Español