PSOE, Podemos, sindicatos amarillos y patronal: buen ‘feeling’ y todos contra la clase obrera
En España, al cierre del primer semestre de 2019 la deuda externa se situaba en el 171,3% del PIB, con una capacidad de decisión económica totalmente supeditada al pago de la deuda tras la reforma del artículo 135 de la Constitución llevado a cabo por PSOE y PP en 2011, lo que conlleva que los presupuestos del Estado tengan que ser supervisados por la Unión Europea.
Ante este panorama de absoluta bancarrota, el gobierno ‘de progreso’ de PSOE y Unidas Podemos ha intentado lavar la cara al sistema en sus primeros meses de gestión, con una mísera subida de un 0,9% de las pensiones, lo que supone desde 1,8 euros al mes para la pensión mínima de orfandad, pasando por los 5,7 euros al mes para la pensión mínima para los jubilados, hasta los 23,94 euros al mes para la pensión máxima de jubilación. Se ha aprobado también una subida del Salario Mínimo Interprofesional que ha pasado de los 900 a los 950 euros, si bien antes de conformarse el gobierno se debatía si el salario mínimo subiría a 1000 o 1200 euros.
Estas limosnas que, según la nueva ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (IU), permitirán a algunos trabajadores comer pescado durante la semana, a pesar de reconocer abiertamente que «no se puede vivir con 950 euros», y que serán contrarrestadas por completo con las subidas de alquiler, butano, luz, gas, etc., han sido pactadas en tiempo récord entre gobierno, patronal y sindicatos amarillos, los cuales no han dudado en mostrar públicamente la buena relación que mantienen, lo bien que están actuando y la actitud inteligente que están adoptando todos.
Unai Sordo, secretario general de CCOO, sindicato responsable del empobrecimiento de la clase trabajadora en los últimos años, a través de los acuerdos firmados con el gobierno que han desembocado en las reformas laborales, así como de la firma de miles de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) que han enviado al paro a millones de trabajadores, permitiendo a las empresas reestructurar sus plantillas y reducir los salarios, muestra públicamente su papel de lamebotas de la patronal al manifestar que ésta «está adoptando una actitud inteligente».
Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, manifestaba ante los medios tener «con la ministra (Yolanda Díaz), una muy buena relación personal, y con Pablo Iglesias también», a lo que la ministra de Unidas Podemos respondía que «en la política, como en la vida lo que prima es el feeling personal. Uno puede tener posiciones políticas diferentes, pero obviamente, si se comporta correctamente, claro que puede llegar a puntos de encuentro».
Para Unidas Podemos, las posiciones políticas e ideológicas no tienen importancia si se tiene feeling personal. La realidad es que no hay diferencias políticas ni ideológicas entre el gobierno de coalición PSOE-Podemos, los sindicatos amarillos o la patronal. Todos ellos defienden una misma ideología, un mismo Estado y una misma política, la defensa a ultranza de un sistema que ya solo genera miseria, pobreza, guerras y muerte; todos ellos son fieles defensores del capitalismo, y ante el aumento de movilizaciones y protestas a nivel mundial, ante el hartazgo de las clases populares, cierran filas.
Y lo hacen hasta puntos vergonzosos, quedando cada vez más patente cómo el discurso oportunista de Podemos ha ido evolucionando a posiciones cada vez más alejadas de aquellas proclamas sobre tomar el cielo por asalto, eliminando cuestiones como el impago de la deuda, la nacionalización de empresas, la reducción de la edad de jubilación o la salida de la OTAN entre otras, integrándose perfectamente con el socialfascismo del PSOE, hasta el punto de que la nueva ministra de Trabajo ha llegado a decir que «técnicamente no es derogable toda la reforma laboral, sería irresponsable», en unas declaraciones que podría haberlas firmado el propio Antonio Garamendi, con quien la ministra tiene tan buena relación personal.
Lejos de la imagen que Unidas Podemos pretende vender de cara a la galería, manifestando que para gobernar en coalición hay que hacer muchas renuncias, la realidad es que las posturas del partido liderado por Pablo Iglesias han ido acercándose cada vez más a las del PSOE –aquel partido, el de la cal viva, que era igual de malo que el PP– mucho antes de que comenzaran las negociaciones para conformar gobierno.
Este gobierno ya solo puede ofrecer engaño a las clases populares, pues no queda ningún margen de mejora dentro de los límites de este sistema, que hace tiempo que quedó obsoleto, y que tan solo puede generar más miseria. El capitalismo está moribundo, pero no caerá por sí solo. Son las clases populares, aquellos que producimos toda la riqueza, los que debemos darle el último empujón y acabar con este sistema criminal para construir la única alternativa viable: el Socialismo.
Desde el Partido Comunista Obrero Español hacemos un llamamiento al proletariado y a todas las clases populares a unir todas sus luchas en un Frente Único del Pueblo, en una única lucha contra el capitalismo, que sea además un órgano de poder de la clase obrera para poner toda la riqueza que generamos en manos del pueblo.
¡Ante los engaños del oportunismo, construyamos nuestra propia democracia obrera y popular!
¡Por el Frente Único del Pueblo!
¡Por el Socialismo!
Secretaría de Agitación y Propaganda del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)