La nueva denominación del fascismo en lo económico

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La nueva falacia capitalista ante las dificultades para presentarse ante una bancarrota pagada por la clase obrera en su totalidad, la nueva forma de presentar al fascismo con disfraz como último recurso para presentarse con otra cara ante la clase trabajadora que, una vez más, les permita ganar tiempo, se llama anarco capitalismo, ultra liberalismo y consistiría en una propuesta de capitalismo sin estado. De esta sandez nace la pregunta ¿Qué capitalista invertiría un solo euro en un país donde el estado no pueda garantizar su inversión? Es una de las mayores dificultades para la exportación de capitales y un ejemplo flagrante son los golpes de estado que, promovidos por los países de capitalismo avanzado, se suceden uno tras otro en los países de las periferias que atesoran los recursos naturales. Tenemos el ejemplo del golpe de estado en Mali de 2020, un país rico en oro y con una agricultura de subsistencia como forma de economía nacional, que terminó con un gobierno acordado por Francia y Estados Unidos o el golpe de estado en Bolivia, rica en litio para las baterías de los coches eléctricos y en los que sin el golpe de mano de las potencias imperialistas, jamás los capitalistas hubieran arriesgado ni un céntimo. Destacamos, además, que la época del riesgo en la inversión pertenece al primer estadio del capitalismo donde existía todavía la competencia entre capitalistas. La democracia burguesa funcionaba en ese primer estadio capitalista donde existía la competencia. Ahora en la fase imperialista actual sólo puede salir por el fascismo como nos muestran nuestros amables anarco capitalistas cargados de nobles intenciones. En la fase imperialista y monopolista toda inversión está sustentada por la violencia, no por la competencia. Donde la competencia ha dejado de existir y el mundo se halla totalmente repartido, la democracia burguesa es una simple ilusión ya que cualquier movimiento en el tablero mundial para un nuevo reparto se resuelve por la guerra. La libertad de mercado que pregonan es la libertad de las bombas y los muertos civiles como en Gaza y estos terroristas, los anarco capitalistas, los ultra liberales, son el elemento germinal del nuevo desarrollo capitalista que ya no tiene más recorrido.

Llegados a este punto de contradicción, que jamás se pueda sostener una inversión sin un estado que la respalde, nuestros estúpidos demagogos hablan de reducir el estado a la mínima expresión sosteniendo tan sólo la justicia y la seguridad para salir por la tangente y obviar que nunca los capitalistas invertirán en un lugar donde un estado no les garantice la inversión. Como anarquistas, libertarios o como se quieran llamar, quieren destruir el estado pero como capitalistas necesitan que la masa trabajadora no pueda tomar partido en el reparto mediante la permanencia de sus ejércitos armados permanentes y los leguleyos que defiendan sus intereses en exclusiva, su sacrosanta propiedad privada capitalista. En ningún momento se habla de dónde saldría el dinero para financiar a esos señores, seguramente habría que imponer impuestos, lo que también contradice su lógica libertaria y estos estamentos defenderán su propiedad privada capitalista en exclusiva, lo que nos lleva a un grado de violencia y represión nunca vista contra la masa trabajadora que produce pero no tiene acceso al fruto de su trabajo. El monopolio de la violencia es lo que ellos llaman paz y el monopolio del expolio es lo que llaman libertad de mercado. Porque ¿qué quieren decir estos criminales cuando hablan de libertad? Libertad de empresa, libertad de emprendimiento (en la época monopolista como ya dijimos), libertad en general, en fin, ya dedicamos un artículo a este concepto. Estos sujetos se refieren en exclusiva a la libertad burguesa, esto es, la dictadura del capital sobre la clase obrera, que es la única que produce valor, y proponen la manera más violenta y radical para apropiarse de esa riqueza. Por desgracia, hemos llegado a ver enunciados como que el comercio entre países es un ejercicio de solidaridad entre naciones obviando malintencionadamente el comercio desigual. ¿Qué solidaridad internacional pueden ser los Estados Unidos, comprando coltán para sus celulares a la República Democrática del Congo, donde se extrae a mano y su población ha reducido su esperanza de vida a 36 años? Allí estos criminales alegarán que dan oportunidad de trabajo y que la clase obrera congoleña es libre de no trabajar y morirse de hambre ya que ellos, en un ejercicio de libertad, no obligan a nadie a nada. Además, como ya destacamos, si los Estados Unidos invierten en la compra de coltán y la creación de nuevas minas, quiere decir que tienen un estado títere que les garantiza la inversión y la búsqueda ilimitada del lucro sobre la esperanza de vida de las personas. ¿De qué libertad hablamos entonces en este ejemplo? ¿Libertad de mercado para el capital? ¿Libertad morirse de hambre y de muerte prematura para la clase obrera? ¿Dónde queda la abolición del estado en unas relaciones de comercio tan desiguales? Necesitan del monopolio de la violencia para imponerla. Hablamos de la libertad del capital sobre la vida de las masas trabajadoras, de la apropiación del rédito del trabajo ajeno sin restricción ninguna, de la búsqueda ilimitada de lucro sin ninguna restricción, de la imposibilidad de recrudecer estas condiciones sin una máquina represiva organizada y es importante que la clase obrera se posicione en sus intereses de clase ante estos cantos de sirena.

Otro tema a tratar, y que por evidente es malintencionado, es obviar que los golpes de estado y las violencias que lesionan terceros países para garantizar sus inversiones, provoquen grandes flujos migratorios que luego son recibidos como una amenaza a la soberanía nacional, justo la que ellos no respetan. El racismo que de ello se deriva, como el de Milei con los migrantes venezolanos, es una gran herramienta para dividir a los hermanos de clase dependiendo de la nacionalidad, la religión o directamente racializándoles. Los maltratos contra estados soberanos, como en este caso, la guerra económica, comercial e ideológica, las crisis artificialmente provocadas se obvian interesadamente y se culpa a los gobiernos soberanos de ineficientes, proponiendo como solución la libertad de mercado y la manida democracia, la suya, la democracia burguesa que representa a los intereses de los grandes monopolios y corporaciones. La apropiación de los servicios públicos y de las prestaciones sociales para acaparar más benéficos, la venta del sector público a sus propias corporaciones monopolistas, también es una de las grandes ventajas que prometen ofrecer a la clase trabajadora. Convertir la propiedad pública en beneficio netamente burgués, lo que da para que la clase obrera se organice contra estas intenciones. La única propiedad que debe existir es la propiedad burguesa que se podría definir, respecto a la clase obrera, lo mío es mío y lo tuyo también.

El ideario ultra liberal, anarco capitalista o como el sicario elija blanquearse, se define como la libertad irrestringible del proyecto vital que elija la persona. Libertad irrestringible siempre que no se quiera abortar, siempre que no se quiera ejercer el derecho a manifestarse, siempre que el obrero no opte por formas de organización que pongan en jaque su raquítico estado, siempre que la cultura sea la occidental de hombre blanco, cristiana y siempre que no se ponga en riesgo la apropiación burguesa. Libertad para lo burgués y esclavitud para la clase obrera, ante esta dicotomía hay que abrir bien los ojos. Pero sigamos.

Entre otras cosas dedicadas a la clase obrera, en exclusiva, hemos oído estupideces como la libre concurrencia del sujeto en el mercado, la defensa de la iniciativa privada, justo en la fase monopolista o la participación solidaria entre particulares libremente asociados para resolver cosas como las carreteras, el saneamiento. ¿Qué ocurriría con zonas de España con despoblación? ¿Qué tendrían que hacer esas personas? ¿Sucumbir o migrar hacia las grandes urbes  creando cordones de pobreza?

Podríamos seguir sin fin hablando de todas estas aberraciones, pero vamos a analizar el caso desde una óptica de clase. Como ya dijimos, la democracia burguesa pertenece al estadio del capitalismo donde existía la competencia, incluido en las batallas electorales. Es el fascismo lo que corresponde a la etapa monopolista del desarrollo, aunque se quiera disfrazar de democracia como en el caso de España y ya nunca podrá retroceder al estado anterior que disfrutaba en tiempos de la competencia. Ahora el fascismo, que es su única opción posible, se quiere dulcificar con esos epítetos porque el capitalismo, en su fase actual, no puede hacer otra cosa que ser netamente fascista, xenófobo, asesino e imperialista. Pero ¿Qué nos deja la aplicación de todos estos preceptos que vienen para ser aplicados en un futuro próximo? Nos deja un estado raquítico, un déficit galopante en el proceso de circulación de las mercancías que provocará crisis con una periodicidad mucho más elevada (D-M-D´) y estancamiento, al no poder dar salida a la producción por la extrema robotización y la exclusión de amplísimas capas de población del circuito asalariado unido, todo esto, a la extrema devaluación de los salarios.

Para la clase obrera, todo esto reclamará de un mayor grado de violencia burguesa hacia el proletariado para poder ser mantenido al menos hasta la siguiente fuga hacia delante, lo que mejorará indudablemente las condiciones subjetivas revolucionarias y entre la clase obrera ya no se podrá apelar al estúpido apoliticismo, al obrero de derechas o al asalariado que se considera clase media, la clase obrera se verá obligada a tomar partido en la defensa de sus intereses clasistas. A nivel objetivo, las contradicciones intrínsecas al capitalismo, relación entre capital y trabajo asalariado, entre producción social y apropiación privada, van a agravarse mucho más en intensidad, lo que obligará a las oligarquías a salir cada vez más por el fascismo, lo que provocará el contrapeso de la clase obrera. Pero lo más importante es que nos encontraremos con un estado raquítico que será mucho más fácil de tumbar y mandar al estercolero de la historia para sustituirlo por un estado proletario. También, una economía completamente monopolizada lo que facilitará, una vez derrocado este estado tan endeble, la planificación y centralización de la producción.

Por eso, el anarco capitalismo, el ultra liberalismo o como se quiera llamar, es la antesala del socialismo, como anunció Lenin en “Imperialismo, fase superior del capitalismo” (1916), pero esta vez con las contradicciones mucho más agravadas debido al definitivo desarrollo de los medios de producción, que es la tarea histórica sobrecumplida por el capitalismo, y a la debilitación del elemento estatal burgués llevada a cabo por los mismos burgueses, que es la única salida que tienen para aumentar su tasa de ganancia. El PCOE se halla inmerso de lleno en esta batalla ideológica y no duda en hacer pedagogía contra las mentiras de la burguesía. Que existan crisis periódicas cada vez más solapadas no implica que vaya a caerse el capitalismo, al capitalismo habrá que derribarlo en contra de la resistencia violenta de los explotadores. Las clases sociales son  vasos comunicantes. Cuando a una le va bien, a la otra le va mal. Todo esto que, expuesto aquí resulta de una claridad evidente, está enmascarado por la burguesía lesionando los intereses de la clase trabajadora que redunda en la acumulación burguesa mediante una batalla ideológica. Por eso, hay que incidir en las condiciones subjetivas, ya que las condiciones objetivas vienen dadas por la naturaleza criminal del sistema económico. El PCOE te llama a unirte a sus filas para conseguir la plena emancipación de nuestros hermanos de clase hacia la única vía posible para su propia supervivencia, la revolución socialista y la expropiación de los medios de producción mediante la implantación de la dictadura del proletariado que lleve a cabo la apropiación social fruto de la producción social.

 

COMISIÓN DE AGITACIÓN Y PROPAGANDA DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)




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