La Comunidad de Madrid se ha convertido en uno de los epicentros de la corrupción nacional. Tiene todos los ingredientes para ello: Más de una década de gobierno del Partido Popular, dinero en las arcas públicas -es una de las regiones que más aporta al PIB nacional (el 18,8%)-, una gran cantidad licitaciones con las que mercadear y de servicios públicos dispuestos a ser privatizados.
El sistema capitalista español, totalmente putrefacto, no puede ocultar su funcionamiento y desarrollo, y muestra, sin ningún pudor, cómo las tramas de corrupción urbanística y de financiación partidista se entrelazan y hacen de ellas su principal motor. Así, la famosa trama Púnica facilitaba que partidos políticos como PP, PSOE y la entonces IUCM (Izquierda Unida Comunidad de Madrid) se financiaran de manera irregular a través de mordidas que obtenían con las adjudicaciones de parcelas destinadas a la construcción de vivienda protegida en la Comunidad de Madrid.
El diario ABC es quien aporta esta información sabedor, como periódico de la reacción que es, que esto lejos de perjudicar al PP le beneficia al “meter en el mismo saco” a “todos” los partidos políticos -esto es, a los partidos políticos vendidos al capital- y reforzar el mantra burgués, casi desgastado ya por el ejecutivo y los voceros de Rajoy, de que en todos los partidos existe la corrupción.
Cristina Cifuentes, actual Presidenta de la Comunidad de Madrid, parece ajena a todo ello y, con la impunidad de quien se cree intocable, va desarrollando a una velocidad de vértigo las políticas de la oligarquía nacional, a saber: llenar los bolsillos de los portavoces del capitalismo como Daniel Lacalle, que recibirá 180.000 euros anuales por ser el “Embajador madrileño para el Brexit” -lejos de los 50.000 euros, el salario oficial-, y aumentar las privatizaciones de los servicios públicos, como lo refleja el gasto en privatizaciones sanitarias que ha pasado de los 414,85 millones de euros del año 2009 a los 810,25 millones del año 2014, un incremento del 95%, tendencia que ha continuado hasta alcanzar los 962,21 millones de euros presupuestados para el año 2016.
La clase trabajadora, mientras tanto, sufre las consecuencias de las políticas burguesas ejecutadas:
La sanidad pública se derrumba, el ejemplo más gráfico lo encontramos en el Hospital 12 de Octubre que se cae a pedazos: el techo de un pasillo de 20 metros del departamento de Medicina Nuclear se vino abajo el pasado 19 de octubre y los trabajadores del hospital denuncian los efectos nocivos para los pacientes y los propios trabajadores debido a la inhalación del polvo proveniente del derrumbe.
La educación pública ha dejado a más de 9.000 alumnos sin plaza para los cursos de Formación Profesional, como ha reconocido la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, viéndose imposibilitados de esta manera para estudiar y también para trabajar, puesto que la tasa de paro juvenil es del 42%. Frente a ello el pueblo tiene que salir a la calle contra el cierre de ciclos de FP en institutos como Valcárcel (Moratalaz), Francisco de Goya (Ciudad Lineal), Vallecas I (Puente de Vallecas), Pradolongo y Ciudad de Jaén (Usera) y La Cañada (Coslada) para evitar que hayan aún más alumnos sin plazas para estudiar.
Los inmigrantes encarcelados ilegalmente en el CIE de Aluche son, cada año, de casi 3000 personas según SOS Racismo Madrid que denuncian los efectos psicológicos de la falta de libertad, así como las malas condiciones higiénicas, saturación, frecuentes tratos vejatorios y violencia por parte de las fuerzas de seguridad y que han provocado las protestas y fugas de los encarcelados.
Y qué decir de la situación de todos aquellos trabajadores que tienen la “suerte” de poder ir a su centro de trabajo todos los días. Sufriendo las cargas de trabajo excesivas para la jornada laboral, horas extras interminables, la “espada de Damocles” del despido a diario o la persecución sindical para aquellos compañeros que se niegan a aceptar las condiciones miserables que imponen las empresas.
Este es el panorama que nos ofrece el sistema capitalista en la Comunidad de Madrid, una vida de miseria para el conjunto del pueblo trabajador que explica por qué la tasa de suicidios se ha elevado un 20% desde el inicio de la crisis. Vida y condiciones inhumanas que, aunque no aparezcan publicadas en la prensa burguesa, son el día a día de la clase obrera.
Desde el Comité Regional del Partido Comunista Obrero Español de Madrid denunciamos esta situación de miseria que nos impone el capital y hacemos un llamamiento al pueblo trabajador para engrosar las filas del Partido de la clase obrera y comenzar a organizar, sin tiempo que perder, la democracia obrera, la revolución que traiga consigo el Socialismo, máxima aspiración de nuestra clase.
¡Abajo el capital criminal!
¡Por la construcción del Socialismo!
Comité Regional del Partido Comunista Obrero Español de Madrid