El pasado viernes 15 de febrero, Pedro Sánchez convocó elecciones generales para el próximo 28 de abril escudándose en el rechazo del parlamento a su proyecto de Presupuestos Generales. Este rechazo a los Presupuestos Generales formaba parte de la táctica electoral del PSOE para mostrar ante el pueblo la imagen de ser un partido que pretende solventar la cuestión catalana mediante la vía de un supuesto diálogo, dentro de un marco jurídico y normativo que niega la propia resolución de dicha cuestión, pero a la par mostrar que ellos son la garantía de la premisa franquista de mantener la unidad de España, o lo que es lo mismo, negar el reconocimiento y el derecho democrático a la autodeterminación – y la separación si así lo consideran – de las naciones que forman parte del estado.
Decía nuestro Comité Ejecutivo, tras triunfar la moción de censura contra el gobierno del corrupto PP en junio, lo siguiente: “En España todo es corrupto porque el sistema lo es. El detonante de esta moción de censura, superficialmente, ha sido la sentencia de la primera pieza de la Gürtel, sin embargo, los verdaderos motivos que han empujado a esta moción de censura han sido, por un lado, los intereses electoralistas de los socialfascistas del PSOE y los oportunistas de PODEMOS y, por otro, y el más importante, la necesidad de los monopolios de blanquear su corrupta y criminal superestructura haciendo de la moción de censura una válvula de escape para mostrar al pueblo que el Parlamento sirve para algo y que es capaz de regenerar la vida política, cuando ésta es corrupta porque no hace otra cosa que reflejar la corrupción inherente en su base económica que es el robo descarado y violento, y de paso abrir un proceso que permita al PP recomponerse radicalizando todavía más sus posiciones, es decir, compitiendo abiertamente con C’s por ver quién es más fascista. Este hecho, junto con la debilidad del Gobierno que emana de la moción de censura, que ha garantizado la pervivencia de los postulados políticos y económicos impuestos por el Gobierno que se censuraba, servirá para que los monopolios, en un cortísimo plazo, hayan completado la imposición de un ejecutivo abiertamente fascista que pueda sacar pleno partido al Estado fascista que han construido”. Todo ello se ha cumplido exactamente.
El Gobierno de Sánchez, en estos meses de gobierno, lo único que ha estado haciendo es precampaña electoral, acciones de cara a la galería que, como decíamos, sostienen el Estado fascista, de tal modo que el gobierno del PSOE no ha tocado ni una coma de la Reforma Laboral, de la Reforma de las Pensiones, de la Ley Mordaza, Ley de Seguridad Privada – sobre la que el PSOE decía cuando gobernaba Rajoy que implicaba “una involución democrática” acusando al gobierno de Rajoy de “querer limitar la protesta social y establecer límites a los derechos” -, etcétera, así como, en su efímero paso por el Gobierno, se han sucedido casos de corrupción a la que, en absoluto, han combatido, como no puede ser de otra manera en un partido que defiende el capitalismo monopolista y su Estado fascista.
Al igual que no ha derogado absolutamente nada de lo hecho por el Gobierno de Rajoy, el Gobierno del PSOE ha sido un fiel lacayo de Donald Trump, como se demuestra incrementando el gasto militar para el sostenimiento de la OTAN o en reconocimiento de Guaidó como presidente de Venezuela, comulgando con el golpismo y la injerencia contra el gobierno legítimo de Venezuela siguiendo al gobierno fascista de Trump.
Estos ocho meses de gobierno del PSOE han servido para que todo haya girado más hacia la derecha. Sánchez ha asumido todas las políticas de Rajoy, presentándolo como su programa de Gobierno en su moción de censura, siendo apoyado por la ‘izquierda’ del sistema. Los oportunistas de PODEMOS, los mismos que venían a tomar el cielo por asalto, se han convertido en muleta del PSOE, no dudando en hacerle el trabajo sucio al gobierno del socialfascista Pedro Sánchez.
Estos ocho meses han servido, también, para que la burguesía haya conseguido recomponer a un partido corrupto hasta el tuétano como el PP mediante el desarrollo de dos fracciones de éste – Cs y VOX – al objeto de mantener el voto del PP a través de la suma de éste con los votos de sus otros dos engendros fascistas, tal y como han hecho en Andalucía.
La moción de censura, pues, como ya habíamos advertido, ha servido para que la burguesía haya recompuesto, por el momento, su sistema político, escorándolo todo hacia la extrema derecha, de tal modo que la pata ‘derecha’ del sistema – PP, VOX y Cs – se halla abiertamente instalada en el fascismo y en la pata ‘izquierda’ del sistema, el PSOE, una organización tan reaccionaria y fascista como las anteriormente citadas, es hegemónica, con un PODEMOS diezmado, como consecuencia de su oportunismo descarado, de muleta del PSOE.
Pedro Sánchez, que firmó el 155, que ha seguido a rajatabla la política impuesta por los monopolios y que es consciente de que la situación económica todavía va a empeorar más – de hecho los organismos imperialistas ya reconocen abiertamente la ralentización de la economía, la burbuja de la deuda está al borde del pinchazo, y potencias imperialistas como Alemania o Italia se encuentran en recesión, que también se aproxima a los EEUU donde los economistas burgueses advierten de una devaluación del dólar sobre el 30%, arrastrarán hacia abajo a la economía española – considera que es el momento óptimo, para sus intereses electoralistas, de convocar las elecciones pues, de lo contrario, sus expectativas se verían mermadas por efecto del desgaste de la acentuación de la crisis que socavará todavía más las condiciones de vida de la clase obrera en los próximos meses.
La burguesía en esta campaña electoral sacará a pasear el nacionalismo, de tal modo que los fascistas – los mismos que saquean el dinero público y que se llevan el dinero a paraísos fiscales – reiterarán la idea de la unidad de España y los socialfascistas y oportunistas apelarán al miedo a que el fascismo se cierna sobre el gobierno, cuando las políticas del PSOE no han cuestionado, en absoluto, al fascismo y son abiertos defensores del Estado fascista. Es evidente que tanto la extrema derecha, como la pata ‘izquierda’ – que también es derecha – nada harán por atajar los problemas que afectan a la clase obrera, sino todo lo contrario, buscan una correlación de fuerzas que les permita arremeter más contra los trabajadores. Y es que el capitalismo monopolista, y su Estado, son los responsables de los problemas que asolan al pueblo. La solución no pasa por sostener a este sistema económico y político contrario a los trabajadores, sino por la implicación de los trabajadores, y demás clases laboriosas azotadas por la burguesía, en la construcción de un sistema económico y político al servicio de los intereses de la clase obrera, que sustituya al actual. O lo que es lo mismo, por la construcción del socialismo y su estado proletario.
En esta dirección el PCOE trabaja y utilizará las elecciones generales para presentar candidaturas de nuestro Partido en las máximas provincias posibles, al objeto de divulgar el marxismo-leninismo entre el pueblo y hacerle llegar nuestro programa revolucionario, como fórmula para fortalecer y ensanchar el PCOE, esencial para que la clase obrera avance. Así pues, para el PCOE estas elecciones generales son una oportunidad para promocionar el Partido entre la clase obrera y ensancharlo, una oportunidad más que debemos aprovechar para incrementar las filas de la Revolución Socialista.
Madrid, 19 de febrero de 2019
COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)