Boro y la represión al periodismo crítico

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El monopolio que la burguesía ejerce sobre los medios de producción, base sobre la que se erige este sistema criminal, necesita justificarse y legitimarse. Para ello, la burguesía no duda en invertir ingentes cantidades de dinero para hacerse con el monopolio de los grandes medios de comunicación de masas, instrumentos que emplea para manipular a la opinión pública en favor de sus intereses y en contra de los del pueblo trabajador.

El poder de la propaganda disfrazada de periodismo no pasa desapercibido para quienes ostentan el poder, y es por ello que les resulta tan molesto el periodismo crítico y alternativo que pone al descubierto sus mentiras, revela sus falacias y deja en evidencia la endeblez de sus relatos. Relatos impuestos a costa de difundirlos de forma constante y masiva entre la población, envenenando con sus mentiras al pueblo trabajador y evitando el razonamiento crítico. En definitiva, intentando que su ‘verdad’ sea hegemónica.

Un ejemplo de periodismo incómodo es el practicado por el reportero Jorge Correa ‘Boro’, un habitual colaborador en medios como La Haine y Kaosenlared, que ahora se enfrenta a un juicio por una supuesta agresión a dos agentes de policía que se habría dado mientras el periodista cubría la manifestación Jaque a la monarquía, en marzo de 2014. En concreto, se enfrenta a una pena de prisión de 6 años, así como al pago de 6.200 euros de indemnización exigidos por los propios agentes.

La violencia ejercida por los cuerpos represivos del Estado, siempre presentes en cualquier contexto de movilización popular y reivindicativa, fue especialmente cruda en 2014 debido al número y afluencia de dichas protestas, tales como la iniciativa Rodea el Congreso y similares. Dicha violencia quedó debidamente documentada gracias a periodistas como el propio Boro, quien, cámara en mano, tuvo que enfrentarse a los empujones y agresiones de los lacayos uniformados mientras trataba de proteger a una compañera.

Las imágenes grabadas durante aquellos días incomodaron a la burguesía. Ponen nítidamente de manifiesto el carácter clasista de los cuerpos policiales, que no dudan en emplear la más cruda de las violencias contra todo periodista que sea percibido como una amenaza para sus amos. Dejan en evidencia la arbitrariedad y desparpajo con la que los agentes ‘imponen la ley’ sobre el pueblo trabajador, al que someten a toda clase de humillaciones, tanto físicas como verbales. Por todo ello, reporteros como Boro son señalados como objetivo a silenciar con el fin de crear un clima de miedo e incertidumbre entre el proletariado combativo. Cualquiera que sea identificado como un elemento perturbador para su criminal orden social será reprimido por el Estado español.

En esta caza del disidente todo vale, pues los agentes de policía, auténticos perros de presa de la burguesía y traidores de clase, saben que la ley estará siempre de su lado. Son conscientes de que tienen el derecho a ejercer cualquier clase de atropello contra los manifestantes con total impunidad. Las denuncias dirigidas contra ellos son sistemáticamente archivadas. Es por ello que ahora arremeten contra periodistas como Boro, usando para ello un sinfín de mentiras y manipulaciones.

El Estado fascista español quiere una población sumisa y crédula, que siga únicamente las noticias emitidas por cadenas como La Sexta o TVE y que lea únicamente las crónicas escritas por sus esbirros de periódicos del capital como El País o El Mundo. De esa manera, se aseguran que el debate público únicamente se mueva dentro de unas coordenadas limitadas, evitando así que suponga una amenaza para el sistema capitalista. Al mismo tiempo que llevan a cabo esta operación, la burguesía, dueña de los medios de comunicación, silencia todo debate que aborde cuestiones espinosas que hagan peligrar sus intereses de clase. La lógica que se desprende de todo ello es que cualquier periodista o medio que ose tratar estos temas será perseguido sin cuartel por parte del Estado fascista.

Desde el Partido Comunista Obrero Español (PCOE) queremos denunciar la flagrante supresión de la libertad de información que se está llevando a cabo actualmente en España, así como alertar de la feroz represión que de muchas y variadas maneras se cierne sobre todos aquellos que cuestionan y combaten este sistema criminal. Como no podía ser de otro modo, recalcamos nuestra solidaridad hacia Boro y hacia todos aquellos representantes del periodismo crítico, alternativo y combativo que, pese a la represión del Estado fascista español, no flaquean ni un instante en su lucha por desnudar la verdad.

 

¡Por la libertad de información!

¡Organicémonos para combatir su represión!

¡Ni un paso atrás!

Comité Regional del Partido Comunista Obrero Español (PCOE) en Madrid




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