La situación y condiciones de vida de muchos trabajadores penden de un hilo por culpa del Estado de Alarma del que es cómplice el Ayuntamiento de Cádiz. Entre esos trabajadores se encuentran los que realizan ciertos servicios auxiliares que no han sido llamados cuando les tocaba. Eso no es inacción ni incompetencia del Ayuntamiento, como denuncia Autonomía Obrera en un comunicado. El mirar para otro lado es ser cómplice.
Que en empresas de servicio público del Ayuntamiento de Cádiz se estén produciendo despidos y ERTEs en estos momentos en los que la clase obrera está sufriendo el mayor ataque desde hace décadas, no es más que el resultado de las políticas del régimen que desde este Ayuntamiento siempre se han defendido.
Cuando el Ayuntamiento delega la contratación de los trabajadores públicos en manos de empresas privadas trata a dichos trabajadores como mera mercancía de intercambio desentendiéndose así de ellos.
Es por esto normal que el alcalde «anticapitalista» que tenemos, nos venda entre las medidas adoptadas por el Estado de Excepción vigente como «excepcionales» el “Rechazo de ERTE en los servicios de playa”. El ayuntamiento nos vende como medida excepcional el expresar una opinión. Pero en realidad no es más que la constatación de una realidad, la realidad de que debido a sus políticas capitalistas dirigidas a hacer un negocio con sus trabajadores, llenando los bolsillos de empresas privadas, es incapaz de garantizar los puestos de trabajo de los servidores públicos.
Ante esta situación, Autonomía Obrera, sindicato que se autodenomina de clase, responde a los despidos con un comunicado muy blando para algo tan grave. Esto nos hace pensar que la finalidad de dicho comunicado está encaminada a convencer a los trabajadores de que la gestión del equipo de gobierno se debe solo a su inacción. De esta manera echan un capote a los anticapitalistas, pues no es que no actúen, al contrario, son colaboradores imprescindibles del sistema, sistema al que se acogen y del que se benefician desde sus poltronas.
Estos servicios son necesarios para el pueblo y no deberían ser una fuente de enriquecimiento de empresas privadas que no solo explotan a los trabajadores, sino que también sacan tajada en el cobro del servicio a los gaditanos.
Los trabajadores de las empresas auxiliares, así como los trabajadores de todos los servicios públicos, pueden comprobar en sus carnes qué significa que una empresa sea nacionalizada o municipalizada en esta dictadura que sufrimos la clase obrera. Con las instituciones actuales que representan a los banqueros y empresarios, los servicios “públicos” o municipales serán gestionados en su beneficio, es decir, para garantizarles sus negocios.
Los sindicatos no deben ser sólo instrumentos de denuncia, los sindicatos deben ser escuelas donde los trabajadores se instruyan como una sola clase unida contra el sistema que los oprime. Deberían ser instrumentos de lucha y unidad de la clase obrera por un mundo nuevo sin explotación. Y es la dejación de este deber por parte de determinados sindicatos la que ha permitido que hoy la clase obrera este más desprotegida que nunca, sin unión y sin rumbo a merced de sus enemigos de clase.
Es una contradicción que haya varios sindicatos que se llamen “de clase”, cuando debería haber una única central sindical que permita estructurar a la clase obrera en un sólo puño y defender su interés de clase, tal como lo hace la patronal con su sindicato CEOE.
El PCOE aboga por la construcción de un sindicalismo de clase que una de verdad a la clase obrera desde abajo, planteando luchas colectivas que unan los intereses de todas las clases populares, dentro y fuera de los centros de trabajo. Luchar por cuestiones concretas y parciales que sólo benefician a un colectivo o sector de la clase obrera, divide y fragmenta ese interés común que tenemos los trabajadores: acabar con la explotación del hombre por el hombre.
La lucha de clases es internacional como bien demuestran los acontecimientos actuales, una lucha del capitalismo por sostenerse en su agonía y la del nuevo régimen que hay que edificar, el Socialismo. Con esa visión global han de orientarse todas nuestras luchas y tareas.
En ese sentido, los militantes del PCOE promueven y trabajan por el desarrollo del sindicalismo de clase en el Estado español a través de la Federación Sindical Mundial, organización internacional a la que pertenece la Coordinadora Sindical de Clase desde la que luchamos sin descanso por la construcción de una central sindical única que aglutine todas aquellas organizaciones sindicales que se consideren de clase.
Si la producción de nuestro país estuviese dirigida a abastecer al pueblo en todas sus necesidades, seguramente no seríamos el séptimo país a nivel mundial en exportación de armas, pero posiblemente tendríamos respiradores, mascarillas y guantes para protegernos, y lo que aún es más seguro habría muchos cientos de miles menos de trabajadores asesinados con el fruto de nuestro trabajo, porque en el capitalismo el mayor negocio es la destrucción, es la guerra y en la guerra los que mueren son el pueblo.
Si los medios de producción pertenecieran a los trabajadores que luchan por sacar adelante a sus familias con sus trabajos, y no en las manos de los que nos explotan para vivir a todo lujo y sin dar golpe ellos y sus familias durante generaciones, tendríamos el poder de dirigir la producción en nuestro propio beneficio, y entonces solo entonces nadie se quedaría detrás.
Si los latifundios fueran de todo el pueblo, servirían para proveer al pueblo de alimentos en lugar de servir como cotos privados de caza, si los monopolios de la distribución y comercialización fueran de todo el pueblo se acabaría la especulación, si los monopolios de la banca, la industria, la química, la maquinaria agrícola, de los seguros… fueran de todo el pueblo los jornaleros y pequeños campesinos recibirían todo lo que necesitan para producir alimentos sin ponerse la soga al cuello. La sociedad les proveería de todo lo que necesitan, y ellos nos proveerían de todo el alimento y materias primas que necesitamos.
Es por tanto necesario reconstruir las cenizas del movimiento obrero y popular uniendo a todas las capas populares en un Frente Único del Pueblo con el objetivo de tomar el control de las riquezas y planificar la sociedad y la economía en beneficio de todas las clases trabajadoras.
La clase obrera seguirá dando palos de ciego mientras no seamos capaces de reconocer que nuestro problema es el sistema y que lo que nos venden, tanto la socialdemocracia del PSOE como los oportunistas de PODEMOS con todos sus satélites sindicales, hoy aliados, no son más que pequeños remiendos para que este sistema injusto y opresor siga funcionando.
Solo la clase obrera organizada y unida en un Frente Único del Pueblo será capaz de tomar el control de la sociedad e instaurar el Socialismo.
Que en empresas de servicio público del Ayuntamiento de Cádiz se estén produciendo despidos y ERTEs en estos momentos en los que la clase obrera está sufriendo el mayor ataque desde hace décadas, no es más que el resultado de las políticas del régimen que desde este Ayuntamiento siempre se han defendido.
Cuando el Ayuntamiento delega la contratación de los trabajadores públicos en manos de empresas privadas trata a dichos trabajadores como mera mercancía de intercambio desentendiéndose así de ellos.
Es por esto normal que el alcalde «anticapitalista» que tenemos, nos venda entre las medidas adoptadas por el Estado de Excepción vigente como «excepcionales» el “Rechazo de ERTE en los servicios de playa”. El ayuntamiento nos vende como medida excepcional el expresar una opinión. Pero en realidad no es más que la constatación de una realidad, la realidad de que debido a sus políticas capitalistas dirigidas a hacer un negocio con sus trabajadores, llenando los bolsillos de empresas privadas, es incapaz de garantizar los puestos de trabajo de los servidores públicos.
Ante esta situación, Autonomía Obrera, sindicato que se autodenomina de clase, responde a los despidos con un comunicado muy blando para algo tan grave. Esto nos hace pensar que la finalidad de dicho comunicado está encaminada a convencer a los trabajadores de que la gestión del equipo de gobierno se debe solo a su inacción. De esta manera echan un capote a los anticapitalistas, pues no es que no actúen, al contrario, son colaboradores imprescindibles del sistema, sistema al que se acogen y del que se benefician desde sus poltronas.
Estos servicios son necesarios para el pueblo y no deberían ser una fuente de enriquecimiento de empresas privadas que no solo explotan a los trabajadores, sino que también sacan tajada en el cobro del servicio a los gaditanos.
Los trabajadores de las empresas auxiliares, así como los trabajadores de todos los servicios públicos, pueden comprobar en sus carnes qué significa que una empresa sea nacionalizada o municipalizada en esta dictadura que sufrimos la clase obrera. Con las instituciones actuales que representan a los banqueros y empresarios, los servicios “públicos” o municipales serán gestionados en su beneficio, es decir, para garantizarles sus negocios.
Los sindicatos no deben ser sólo instrumentos de denuncia, los sindicatos deben ser escuelas donde los trabajadores se instruyan como una sola clase unida contra el sistema que los oprime. Deberían ser instrumentos de lucha y unidad de la clase obrera por un mundo nuevo sin explotación. Y es la dejación de este deber por parte de determinados sindicatos la que ha permitido que hoy la clase obrera este más desprotegida que nunca, sin unión y sin rumbo a merced de sus enemigos de clase.
Es una contradicción que haya varios sindicatos que se llamen “de clase”, cuando debería haber una única central sindical que permita estructurar a la clase obrera en un sólo puño y defender su interés de clase, tal como lo hace la patronal con su sindicato CEOE.
El PCOE aboga por la construcción de un sindicalismo de clase que una de verdad a la clase obrera desde abajo, planteando luchas colectivas que unan los intereses de todas las clases populares, dentro y fuera de los centros de trabajo. Luchar por cuestiones concretas y parciales que sólo benefician a un colectivo o sector de la clase obrera, divide y fragmenta ese interés común que tenemos los trabajadores: acabar con la explotación del hombre por el hombre.
La lucha de clases es internacional como bien demuestran los acontecimientos actuales, una lucha del capitalismo por sostenerse en su agonía y la del nuevo régimen que hay que edificar, el Socialismo. Con esa visión global han de orientarse todas nuestras luchas y tareas.
En ese sentido, los militantes del PCOE promueven y trabajan por el desarrollo del sindicalismo de clase en el Estado español a través de la Federación Sindical Mundial, organización internacional a la que pertenece la Coordinadora Sindical de Clase desde la que luchamos sin descanso por la construcción de una central sindical única que aglutine todas aquellas organizaciones sindicales que se consideren de clase.
Si la producción de nuestro país estuviese dirigida a abastecer al pueblo en todas sus necesidades, seguramente no seríamos el séptimo país a nivel mundial en exportación de armas, pero posiblemente tendríamos respiradores, mascarillas y guantes para protegernos, y lo que aún es más seguro habría muchos cientos de miles menos de trabajadores asesinados con el fruto de nuestro trabajo, porque en el capitalismo el mayor negocio es la destrucción, es la guerra y en la guerra los que mueren son el pueblo.
Si los medios de producción pertenecieran a los trabajadores que luchan por sacar adelante a sus familias con sus trabajos, y no en las manos de los que nos explotan para vivir a todo lujo y sin dar golpe ellos y sus familias durante generaciones, tendríamos el poder de dirigir la producción en nuestro propio beneficio, y entonces solo entonces nadie se quedaría detrás.
Si los latifundios fueran de todo el pueblo, servirían para proveer al pueblo de alimentos en lugar de servir como cotos privados de caza, si los monopolios de la distribución y comercialización fueran de todo el pueblo se acabaría la especulación, si los monopolios de la banca, la industria, la química, la maquinaria agrícola, de los seguros… fueran de todo el pueblo los jornaleros y pequeños campesinos recibirían todo lo que necesitan para producir alimentos sin ponerse la soga al cuello. La sociedad les proveería de todo lo que necesitan, y ellos nos proveerían de todo el alimento y materias primas que necesitamos.
Es por tanto necesario reconstruir las cenizas del movimiento obrero y popular uniendo a todas las capas populares en un Frente Único del Pueblo con el objetivo de tomar el control de las riquezas y planificar la sociedad y la economía en beneficio de todas las clases trabajadoras.
La clase obrera seguirá dando palos de ciego mientras no seamos capaces de reconocer que nuestro problema es el sistema y que lo que nos venden, tanto la socialdemocracia del PSOE como los oportunistas de PODEMOS con todos sus satélites sindicales, hoy aliados, no son más que pequeños remiendos para que este sistema injusto y opresor siga funcionando.
Solo la clase obrera organizada y unida en un Frente Único del Pueblo será capaz de tomar el control de la sociedad e instaurar el Socialismo.
Partido Comunista Obrero Español (P.C.O.E.) de Cádiz