Cuando en diciembre de 2018 Pablo Iglesias hablaba de “alerta antifascista” ante el auge en las elecciones andaluzas de Vox, ya resultaba totalmente paradójico que un partido socialdemócrata, los cuales han tenido la labor histórica, entre otras, de blanquear el fascismo, llamara entonces a cerrar filas para frenar a la “ultraderecha”, pidiendo construir “un dique contra el avance de la extrema derecha”, en el que se incluyeran no sólo los partidos que habían apoyado la moción de censura, sino también a otros con los que tenían «muchas diferencias», en referencia al Partido Popular y a Ciudadanos.
¿Pretendían hacernos creer que el Partido Popular de donde vienen Abascal y gran parte de los militantes de Vox, o Ciudadanos, donde también han acabado muchos de esos militantes descontentos del PP, no son partidos de extrema derecha? ¿Es acaso el PP del fascista Casado una derecha aceptable? ¿Acaso el partido de Rivera, que se desgañitaba pidiendo más ‘mano dura’ contra el derecho de autodeterminación del pueblo catalán, es menos fascista?
En ese mismo discurso hipócrita y lastimero, Iglesias culpaba a PP y Ciudadanos de normalizar el discurso de la extrema derecha –sacándolos a ellos de esa categoría-, pero justo al pretender marcar esa diferencia entre Vox y los fascistas PP y Ciudadanos, son ellos mismos los que están normalizando el fascismo y el hecho de que este campe a sus anchas por los parlamentos y ayuntamientos de todo el país.
Hacía un llamamiento entonces a la movilización de los antifascistas, cuando el mayor logro de Podemos estos años es que ha conseguido desmovilizar a la clase obrera y sacarla de las calles. La clase social más moderna y revolucionaria, la que debe protagonizar esa lucha contra el fascismo y también contra el capitalismo, tiene que escuchar ahora como después de seguirle el juego a los franquistas que ya estaban en el parlamento, Iglesias haga un llamamiento a la movilización.
Decía Bertolt Brecht, «¿de qué sirve decir la verdad sobre el fascismo que se condena si no se dice nada contra el capitalismo que lo origina?» Pero, ¿cómo va a denunciar Unidas Podemos al capitalismo que origina el fascismo cuando son una herramienta más del poder para sostener este sistema moribundo?
Poco tiempo ha pasado desde esas declaraciones del líder de Podemos hasta esta campaña electoral, y de nuevo vemos como el discurso de todos los partidos parlamentarios va girando más y más a la derecha. Esta vez, a cuenta del debate a cinco que tenía programado el grupo Atresmedia, que incluía a Pedro Sánchez, Pablo Casado, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Santiago Abascal, pero que la junta electoral ha cancelado ante las quejas de PNV, Junts Per Catalunya y Coalición Canaria por la inclusión de Vox, que no tiene representación parlamentaria, el líder morado comentaba en su cuenta de twitter que “vetar a candidatos en la privada es absurdo”.
Miente Iglesias cuando habla de vetar candidatos, habida cuenta de que las quejas de PNV, Junts Per Catalunya y Coalición Canaria eran precisamente porque eran sus candidatos los que estaban siendo vetados en ese debate, concediéndole a Vox una prerrogativa que no tenían otros partidos que sí obtuvieron representación parlamentaria en las últimas elecciones generales. Pero al líder de Podemos la ausencia del resto de partidos que concurren a las elecciones de ese debate no parecía preocuparle nada. Ha sido el veto a Vox el que ha le ha llevado a manifestarse en redes sociales para pedir que no se vete a candidatos.
Mientras que las posturas ideológicas de los partidos con representación parlamentaria se homogeneizan, algunos líderes de la ‘izquierda’ se echan las manos en la cabeza ante el auge de un partido como Vox, que es igual de fascista que PP o Ciudadanos, y que defiende el mismo sistema criminal, pero que ha adoptado un discurso más rupturista para desmarcarse. Es precisamente esa postura de sumisión al sistema, que ahora en campaña intentan esconder con discursos más ‘radicales’ que durante el tiempo que llevan en las instituciones no han osado pronunciar, lo que le abre las puertas al fascismo. Es precisamente esa tibieza y la falta de soluciones para la miseria a la que se ven sometidas las clases populares lo que está lanzando a obreros a las manos del fascismo. Es la defensa de este sistema que comparten todos los partidos parlamentario lo que lleva al pueblo a buscar cualquier salida.
Y aquí es donde entra en juego nuestra labor histórica, la labor de los comunistas de llevar al pueblo una alternativa. Por eso desde el Partido Comunista Obrero Español hacemos un llamamiento al pueblo trabajador y a las clases populares a organizarse en un Frente Único del Pueblo para luchar contra el fascismo y contra el capitalismo que lo origina, construyendo un verdadero poder que ponga en manos del pueblo los medios de producción y nos permita decidir nuestro futuro, un futuro sin fascismo.
¡Por el Frente Único del Pueblo!
¡Por la construcción del Socialismo!
Secretaría de Agitación y Propaganda del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)