La socialdemocracia y el oportunismo son lacayos del fascismo. La única salida es el pueblo trabajador y el Socialismo

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En los días que corren, es más necesario que nunca fijarnos en los principios del marxismo-leninismo para no desviarnos, ni enmarañarnos en las trampas ideológicas que la burguesía, y su excrecencia oportunista, ponen para sustentar un sistema criminal y caduco como el capitalismo.

Lenin en el informe presentado en el Primer Congreso de la Internacional Comunista, en 1919, señalaba lo siguiente:

4. Todos los socialistas, al explicar el carácter de clase de la civilización burguesa, de la democracia burguesa, del parlamentarismo burgués, han expresado el pensamiento que con la máxima precisión científica formularon Marx y Engels al decir que la república burguesa, aun la más democrática, no es más que una máquina para la opresión de la clase obrera por la burguesía, de la masa de los trabajadores por un puñado de capitalistas. No hay ni un solo revolucionario, ni un solo marxista de los que hoy vociferan contra la dictadura y en favor de la democracia que no haya jurado ante los obreros por todo lo humano y lo divino que reconoce ese axioma fundamental del socialismo; pero ahora, cuando el proletariado revolucionario empieza a agitarse y a ponerse en movimiento para destruir esa máquina de opresión y para conquistar la dictadura proletaria esos traidores al socialismo presentan las cosas como si la burguesía hubiera hecho a los trabajadores el don de la «democracia pura», como si la burguesía hubiera renunciado a la resistencia y estuviese dispuesta a someterse a la mayoría de los trabajadores, como si en la república democrática no hubiera habido y no hubiese máquina estatal alguna para la opresión del trabajo por el capital.”

Sin duda los hechos han dado la razón a Lenin y a los padres de la ciencia del marxismo-leninismo y demuestran la exactitud y la vigencia de la misma, por más que la escoria burguesa se empeñe en ensuciar su obra, se gasten ingentes cantidades de dinero en descalificar al marxismo-leninismo comprando a la aristocracia obrera tejiendo el corrompido oportunismo así como construyendo un ejército de paniaguados podridos que prostituyen por completo la profesión periodística e historiadora.

El capitalismo, en los días que corren, no se sostiene, demuestra en cada segundo que pasa su caducidad, vive en días que no le corresponden, el fallo multiorgánico que padece es irreversible y la humanidad necesita sepultarlo y construir un sistema económico que armonice el desarrollo de las fuerzas productivas con las relaciones de producción, esto es, construir el socialismo.

No hemos de perder de vista “que la república burguesa, aun la más democrática, no es más que una máquina para la opresión de la clase obrera por la burguesía, de la masa de los trabajadores por un puñado de capitalistas” sobre todo en el Estado español. Muchos de los que abrazaban la “reconciliación nacional”, de los que sin pudor ni vergüenza perpetraron la mayor traición al pueblo trabajador en el último medio siglo, la Transición, tragando absolutamente con las pretensiones económicas de la burguesía monopolista, con el fascismo y su Estado, estas casi 5 décadas de franquismo de propina desde las filas de la falsa izquierda, del oportunismo más asqueroso representado por el PCE, que hacen que los mejores hijos de este país que lucharon contra el fascismo se revuelvan en sus tumbas, hoy, ante la descomposición superlativa del capitalismo monopolista en el Estado español, al objeto de volver a engañar a la clase obrera y perpetuar el dominio de los capitalistas, condenando nuevamente al pueblo trabajador a la miseria, la explotación y la muerte, el oportunismo en el gobierno, en coalición con los fascistas del PSOE, y ante la corrupción de la Corona, hablan nuevamente de la República. La Corona, sin duda es corrupta, porque es la clave de bóveda del Estado fascista que el propio PCE aceptó con la Constitución del 78 en cuya redacción participó, pero fundamentalmente es corrupta porque todo lo que brota del Estado español es corrupto, al igual que es fascista.

Los fascistas – VOX, PP, C’s y una amplia parte del PSOE – reivindican el franquismo, la reacción más descarnada, apelan a la Constitución y al espíritu de la Transición, los oportunistas apelan a la Constitución también, pero deslizan que ésta se puede reformar y avanzar hacia la República, hacia la República burguesa al objeto de mover algo para que nada cambie. Esto es, para que el pueblo trabajador siga empeorando su miserable existencia y la burguesía monopolista siga amasando la riqueza y apropiándosela constituyendo una capa cada vez más pequeña de esa burguesía pero más rica y poderosa. En realidad, tanto unos como otros, tanto fascistas como oportunistas y socialdemócratas, apelan a la Constitución porque es el andamiaje político del franquismo, de la salvaguarda de los intereses de los monopolios.

Ante la bancarrota económica del imperialismo a nivel mundial y su caducidad, del capitalismo monopolista de Estado en España, la clase obrera y las clases populares están comprobando como los fascistas cada día están más crecidos y su organización es superior, pues el Estado es el primer ariete del fascismo y, también, cómo la supuesta “izquierda” que está en el gobierno se expresa en los mismos términos de defensa de los monopolios que los fascistas así como la no reversión de las políticas sociales y la continuación de la política económica y las políticas restrictivas de libertades desarrolladas por el PP.

El Gobierno de oportunistas y reaccionarios del PSOE-PODEMOS/IU/PCE, no ha modificado un ápice la dirección del Estado ni su esencia reaccionaria, dejando bien patente que una cosa es estar de inquilino en el Gobierno y otra cosa es ostentar el Poder. La Judicatura y el Ejército – siempre en manos de los franquistas – demuestran de manera fehaciente que son las partes del Estado que garantizan la opresión de la burguesía contra la clase obrera y expresan la naturaleza de éste, certificando su esencia fascista.

Mientras la “izquierda” en el Gobierno se estanca, el fascismo avanza desde el Tribunal Constitucional, de tal modo que en la pasada semana determinó en una Sentencia que incitar a quemar una bandera de España es un delito de ultraje en lugar de libertad de expresión, que interrumpir una misa por repartir octavillas en favor del aborto libre es un acto delictivo penado con 6 meses de prisión, por no hablar de la decisión del Tribunal Supremo de repetir el juicio a Otegi por el caso Bateragune, el cual en julio anuló su propia sentencia, como consecuencia de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos reconoció en sentencia que Otegi tuvo un juicio parcial, sin garantías e injusto, la Fiscalía no pidió repetir el juicio y los hechos refutan por completo la falsa acusación a Otegi por la que ha cumplido una condena de 6 años de prisión ¿Cómo no van a estar crecidos los fascistas? Por si fuera poco, el Ejército está plagado de franquistas, y dirigido por ellos. Decía el teniente Luis Gonzalo Segura en un programa televisivo de TV3, concretamente el FAQS, que “en el Ejército que te llamen sindicalista o rojo es un insulto muy grave”. En su libro “El libro negro del Ejército Español” el Teniente Segura señala, con meridiana claridad en su página 560 lo siguiente “el ejército actual es el ejército de Franco y de Juan Carlos estandarizado a niveles OTAN, no solo hemos realizado esta afirmación basándonos en las características (negligencias, corrupción, acosos o abusos y privilegios anacrónicos) en común entre nuestro ejército y el de hace cuarenta o sesenta años, sino que, objetivamente hablando, podemos afirmar que las manifestaciones franquistas, antidemocráticas o fascistas han sido una avalancha durante los últimos quince años (ni que decir antes)”. Los sucesivos pronunciamientos de altos cargos del Ejército reivindicando la figura del criminal Franco, las manifestaciones de altos mandos del Ejército bramando intervenir militarmente contra Cataluña, por no hablar del último manifiesto firmado por 271 mandos militares retirados donde éstos abiertamente hacen, en nuestra opinión, una proclama golpista inapelable. Uno de los cabecillas de ese manifiesto, es el General Juan Chicharro, hoy presidente de la Fundación Francisco Franco y ayer ayudante de Juan Carlos de Borbón, el monarca cobijado por la dictadura de los Emiratos Árabes Unidos que, como recuerda Cristina Fallaràs en su artículo de 5 de diciembre titulado “un hilo entre el rey y 26 millones de fusilamientos” recordó por carta al hijo de huido a los Emiratos Árabes Unidos que se acoge a amnistías fiscales para hacer aflorar dinero negro, que “¿Acaso no es la monarquía obra de Franco? Si no hubiera sido por Franco no estaría VM en el trono.”. Este es el Ejército español, personajes que tienen influencia en el mismo y que hacen apología del genocidio en un chat de WhatsApp señalando que “hay que fusilar a 26 millones de españoles, incluido niños”, que hacen pronunciamientos en favor del tirano Franco y del fascismo, un Ejército que abraza al fascismo y que expulsa a cualquier militar demócrata, en términos burgueses, como por ejemplo al Teniente Luis Gonzalo Segura o al Cabo Santos.

Hoy la disyuntiva en el Estado español no es monarquía o república. La disyuntiva es en el terreno económico capitalismo o socialismo y, en consecuencia, la disyuntiva ante la descomposición y caducidad del sistema capitalista es, en el terreno de la forma de Estado, o fascismo o República Socialista.

Aquéllos que desde el oportunismo pretenden desviar a la clase obrera con falsas alternativas, que les hablan de República en abstracto, y de reformar la Constitución o incluso aquéllos que con una verborrea algo más “revolucionaria” hablan de República Popular están o equivocados o, simplemente, traicionando al pueblo.

Hay que recordar las palabras de Dimitrov en su Informe ante el VII Congreso de la Internacional Comunista donde analizaba el triunfo del fascismo en España y señalaba

¿Tenía que triunfar inevitablemente la burguesía y la nobleza en España, país donde las fuerzas de la insurrección proletaria se combinan tan ventajosamente con la guerra campesina? (…) Los socialdemócratas españoles estuvieron representados en el gobierno desde los primeros días de la revolución ¿Establecieron acaso un contacto de lucha entre las organizaciones obreras de todas las tendencias políticas incluyendo comunistas y anarquistas? ¿Fundieron a la clase obrera en una sola organización sindical? ¿Exigieron acaso la confiscación de todas las tierras de los terratenientes, de las iglesias y los conventos a favor de los campesinos para conquistar a éstos para la revolución? ¿Intentaron luchar por la autodeterminación nacional de los catalanes, de los vascos, por la liberación de Marruecos? ¿Limpiaron al ejército de elementos monárquicos y fascistas, preparando el paso de las tropas al lado de los obreros y de los campesinos? ¿Disolvieron a la guardia civil, verdugo de todos los movimientos populares, tan odiada por el pueblo? ¿Asestaron algún golpe contra el partido fascista de Gil Robles, contra el poderío del clero católico? No, no hicieron nada de esto. Rechazaron las reiteradas proposiciones de los comunistas sobre la unidad de acción contra la ofensiva de la reacción de los burgueses y de los terratenientes y del fascismo. Promulgaron una ley electoral que permitió a la reacción conquistar la mayoría en las Cortes y una serie de leyes que decretaban duras penas contra los movimientos populares, leyes que sirven ahora para juzgar a los heroicos mineros de Asturias. Fusilaron por mano de la guardia civil a los campesinos que luchaban por la tierra, etc. (…) Así desbrozó la socialdemocracia el camino al poder del fascismo, lo mismo en Alemania que en Austria y que en España, desorganizando y llevando la escisión a las filas de la clase obrera.

Ha pasado un siglo y la labor de la socialdemocracia y del oportunismo sigue siendo igual de indecente, igual de colaboradora con el fascismo, igual de pusilánime y traidora. El Gobierno “de progreso” lejos de adoptar medidas para purgar de fascistas al Ejército lo que hace es salir en defensa de este Ejército cuajado de fascistas. El pasado 16 de diciembre salió en el medio de comunicación lamarea.com, un video donde militares en activo y vestidos de uniforme hacían el saludo nazi cantando una canción de la División Azul en el cuartel de Paracuellos del Jarama, donde se encuentra la Brigada Paracaidista del Ejército Español. Ante este hecho, que en cualquier estado democrático burgués debiera acabar con la expulsión de la carrera militar de todos ellos, en el Estado español no solo recibe la impunidad, sino que la Ministra de Defensa del gobierno de PSOE-PODEMOS/IU/PCE, Margarita Robles, salió en defensa de ese Ejército minado de fascistas y miró hacia otro lado. Mientras los monopolios fortalecen, inyectando dinero, a las organizaciones fascistas – de hecho VOX ingresó en 2019 más donaciones privadas que la suma de las recibidas por el resto de los partidos políticos – el gobierno de los socialdemócratas y oportunistas en lugar de purgar al Ejército combatiendo la ideología fascista dentro del mismo, lo que hacen es penalizar a los militares que se atreven a denunciar esta realidad. Sin duda, sobre los hombros del PSOE y de este gobierno recaerán los crímenes que el fascismo en España seguirá perpetrando. Serán responsables de lo que hagan los fascistas al igual que, como señalaba magistralmente Dimitrov, la República fue responsable de la subida al poder del fascismo, del triunfo del golpe de Estado del criminal Franco apoyado por Hitler y Mussolini.

El imperialismo está caduco, está obligado a la robotización y con ella sus contradicciones se agudizan. A la burguesía le sobran millones de trabajadores, les sobran nuestras vidas y no dudará en eliminarnos físicamente. Esa es la situación del capitalismo hoy y, en el Estado español como eslabón de la cadena imperialista esta realidad no es una excepción. El desarrollo del imperialismo ha liquidado a la pequeña burguesía, como es lógico, la riqueza se condensa cada vez en menos manos. La única salida que tiene la clase obrera en el mundo, y por tanto también en el Estado español, es romper con el capitalismo, es socializar los medios de producción y poner la inmensa riqueza generada al servicio de los intereses de la clase trabajadora, de los campesinos pobres, en definitiva, en manos de las masas laboriosas. En el siglo XXI, y con el desarrollo del capitalismo monopolista de Estado, en España no cabe la República Popular ni sirve para combatir a las fuerzas del fascismo, que son las fuerzas de las multinacionales, de los monopolios. Por un lado no existe una URSS ni un Movimiento Comunista Internacional cohesionado y potente que preste ayuda a la lucha contra el fascismo en cualquier rincón del mundo y, por otro lado, la pequeña-burguesía ha demostrado históricamente su incapacidad para combatir al fascismo al igual que para desarrollar las reformas democráticas dentro del marco burgués dentro del Estado español y la II República fue un nítido ejemplo. Hoy la pequeña-burguesía ha sido barrida, se proletariza en términos económicos y está condenada a la ruina, si no se encuentra ya, aunque en lo ideológico una gran capa de esa pequeña-burguesía está totalmente alineada con la reacción, con el fascismo español. El momento histórico exige de la unidad de los comunistas en el terreno práctico, exige la unidad de los comunistas y el trabajo conjunto para la socialización de las empresas y los bancos, para la socialización de la tierra – reforma agraria antilatifundista y antimonopolista -, para la ilegalización del fascismo y la construcción de un Ejército Popular, para salir de la OTAN y de la Unión Europea. En base a estos ejes los comunistas debemos lanzarnos unidos a aglutinar a la parte más avanzada de las masas trabajadoras en términos de conciencia de clase y organizar un Frente unitario contra el Capitalismo y contra el fascismo. Hacemos un llamamiento a la construcción de ese frente unitario de lucha a todos los comunistas, a todas las organizaciones comunistas, a todos los obreros que tengan sentimiento comunista aunque no estén en ninguna organización. En esa lucha deben incluirse la lucha de todos los sectores del pueblo trabajador, ya no cabe luchar por las pensiones dignas, por el pleno empleo, por la sanidad o la educación pública de manera aislada pues la ausencia de todas ellas es consecuencia del desarrollo del capitalismo monopolista, es consecuencia de que con este desarrollo la cuota de ganancia de los capitalistas decrece a la par que la cuota de explotación se incrementa, exacerbándose el desequilibrio de la composición orgánica del capital en favor del capital constante – como efecto de la robotización y la automatización de la producción – y por ello la burguesía monopolista debe apropiarse de plusvalía de una manera más extractiva, y ello pasa por liquidar la sanidad pública, por liquidar la educación pública, por liquidar las pensiones públicas, por acabar con los derechos de los trabajadores y por liquidar físicamente a todos aquéllos que les sobren, como están haciendo.

Sin menoscabo de lo anteriormente citado, desde el PCOE apostamos abiertamente por el proceso de unidad emprendido y por el cumplimiento de los acuerdos suscritos con el PCPE, proceso del que estamos convencidos que va a significar un fortalecimiento del Movimiento Comunista Español y que servirá para incorporar a la lucha revolucionaria de la clase obrera a los elementos más avanzados de la sociedad. Consideramos que el paso dado por ambos partidos demuestra el grado de madurez ideológica de ambas organizaciones, el compromiso revolucionario con nuestro pueblo y sobre todo la capacidad de saber leer e interpretar el momento histórico que estamos viviendo. El PCOE manifiesta en este comunicado público nuestra voluntad de avanzar en alcanzar los objetivos marcados y suscritos por ambas organizaciones, siendo este año 2021 un año crucial para ello.

 

¡POR LA UNIDAD DE LAS MASAS TRABAJADORAS Y POPULARES CONTRA EL CAPITALISMO!

¡CONTRA EL FASCISMO Y CONTRA EL CAPITALISMO!

¡POR EL SOCIALISMO, POR LA REPÚBLICA SOCIALISTA!

Madrid, 20 de diciembre de 2020

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)




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