A los capitalistas les sobran millones de vidas, solo les queda el fascismo

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El pasado 27 de marzo de 2023, el Banco Mundial hizo un comunicado de prensa donde señalaba “Para 2030, el límite de velocidad de la economía mundial – la tasa máxima a largo plazo a la que puede crecer sin provocar inflación – caerá al nivel más bajo de los últimos 30 años”, reconociendo dicho organismo imperialista que la economía capitalista mundial se halla en riesgo de perder una década.

Ante una inflación desbocada, como consecuencia de la ingente cantidad de dinero ficticio generado por los bancos centrales – fundamentalmente en EEUU y en Europa – para sortear la crisis de liquidez iniciada en 2008, durante más de una década y exacerbada con la pandemia de la COVID-19, la fórmula de los capitalistas se fundamenta en reducir los costes, fundamentalmente en el comercio, en incrementar la productividad y en privatizar los servicios, esto es privatizar la sanidad pública, las pensiones públicas, la educación pública o el ocio, entre otras cuestiones.

Y para reducir costes e incrementar la productividad, los imperialistas se ven obligados a desarrollar la inteligencia artificial, la automatización de la producción y de los servicios. Según Goldman Sachs, en un informe realizado en 2023, el desarrollo de la inteligencia artificial puede hacer desaparecer 300 millones de puestos de trabajo en Europa y EEUU en la próxima década.

Las potencias imperialistas emergentes en la conquista del liderazgo económico mundial, fundamentalmente China, han apostado su avance en el desarrollo de los procesos de automatización de la producción y de los servicios y ello implica que el resto de las potencias o avanzan en la misma dirección, en la dirección de la automatización, o serán totalmente devoradas.

El pasado día 20 de mayo, el periódico fascista La Razón – el mismo que presentó el libro, este fin de semana pasado, del ultraderechista presidente de Argentina acompañado por los también reaccionarios Marhuenda, Lacalle y Rallo que fueron los mamporreros del primero – sacó un artículo periodístico titulado ““Necesitaremos un salario básico universal debido a la IA”, señala el padre de esta tecnología” en el que se dice “Para Hinton, si bien la IA aumentará la productividad y la riqueza, el dinero iría a parar a los ricos y no a las personas cuyos empleos se pierden y eso será muy malo para la sociedad”.

Como puede comprobarse, la IA en manos de los capitalistas significa más paro, más desigualdad, más pobreza para la mayoría trabajadora y un excedente humano que la burguesía resolverá por la vía de la liquidación física de millones de proletarios ya sea por la vía de la guerra imperialista, ya sea por la vía del asesinato mediante la negación de la alimentación y los servicios básicos como la sanidad pública.

Sin embargo, el desarrollo de la automatización de la producción y de los servicios lo que realmente hace es liquidar el capitalismo, negarlo a cada avance de la automatización, en tanto se produce un desequilibrio en la composición orgánica del capital, de tal manera que se maximiza la parte del capital constante a la par que se pretende aminorar al máximo la parte del capital variable, que es la parte que genera plusvalía, ganancia al burgués. Por tanto, el desarrollo de la automatización lo que hace es reducir la tasa de ganancia del burgués, a la par que la tasa de explotación se agigantará al reducir la mano de obra necesaria al mínimo. Sin embargo, al despojar a millones de seres humanos de un puesto de trabajo y arrojarlos al paro forzoso, unido con la caída de los salarios consecuencia de la alta tasa de paro, lo que hará será liquidar la demanda de mercancías y servicios, evidenciándose no sólo la inviabilidad del capitalismo sino la fase terminal en la que se encuentra.

Y en este entorno de putrefacción del capitalismo monopolista, es donde los imperialistas tienen que recurrir a sus matones, a sus saqueadores y criminales profesionales, al fascismo, entregándose a sus brazos.

Ello lo pudimos ver el pasado fin de semana, en Madrid, donde los fascistas declarados de Europa – no hay que olvidar que existen otras fuerzas políticas que sin tantos aspavientos abrazan la misma ideología fascista y ahí encontramos desde Feijóo a Borrell pasando por Von der Leyen – se reunieron junto al títere de Washington que preside la República Argentina y un representante del estado fascista y genocida israelí.

Si se analiza lo vociferado por estos verdugos del capital, podemos constatar no sólo que adolecen de humanismo, sino que reflejan la situación de putrefacción y parasitismo, la fase terminal, en la que se halla el imperialismo a nivel mundial que solo se sostiene por la violencia, la guerra imperialista, esto es, por el fascismo.

Y es que la extrema derecha ha mostrado al presidente de la República Argentina como si fuera un avanzado y un iluminado cuando, si algo demuestra este personaje cada vez que abre la boca, es mediocridad, chabacanería, irracionalidad, embrutecimiento, un narcisismo exacerbado y un desprecio absoluto a la ciencia y a los hechos acaecidos a lo largo de la historia. Todo ello es algo natural pues son las características propias de alguien que abraza la ideología fascista.

Sin embargo, el pistoletazo de salida para las elecciones europeas dado por los fascistas europeos en Madrid, y sus criminales invitados tan reaccionarios como ellos, han dejado imágenes que hay que detener en las retinas de cualquier trabajador y que descubren que “liberales” como Rallo o Lacalle se muestran entusiasmados con Milei y sus medidas económicas, al igual que la Patronal y sus medios de comunicación y los fascistas de Abascal, quedando bien claro que, sean galgos o podencos, “liberales”, “libertarios”, “conservadores”, etcétera, al final todos desembocan en el fascismo porque todos ellos forman parte de lo mismo, la defensa a ultranza del imperialismo, del capitalismo monopolista y putrefacto, de la explotación asalariada y, consecuentemente, todos ellos coinciden en su anticomunismo feroz.

En el acto donde los fascistas europeos dieron el pistoletazo de salida de las elecciones europeas, donde el anfitrión fue el franquista Abascal que lleva toda su vida mamando del erario público, el ramplón Javier Milei dio un discurso que demostró que abraza la barbarie y que sin la mentira y el subjetivismo su discurso se reduce a la nada más absoluta. No obstante, hay que agradecer a Milei su anticomunismo, su odio, en tanto que es consciente que el mundo capitalista que está muriendo ante nuestros ojos, será superado y sustituido por el socialismo como fase inmadura del comunismo, no pudiendo disimular su odio por ello, anticomunismo que, por otra parte, es una cualidad propia del fascista.

Milei en su discurso señaló auténticas joyas. Como no podía ser de otro modo, los socialistas copamos gran parte de su discurso. Sobre el socialismo señaló cosas cómo que “los socialistas asesinaron a 150 millones de seres humanos”. Milei ha dejado en mal lugar a los fascistas franceses que a finales del siglo XX escribieron El libro negro del comunismo donde estos sujetos, mintiendo como bellacos, fijaban en 100 millones los asesinatos perpetrados, según ellos, por los comunistas y el socialismo. Seguramente Milei, bajo el influjo de la inflación desbocada, ha subido todavía más la mentira creada por el fascista Hearst, reiterada por la extrema derecha francesa a finales del siglo pasado y condensada en dicho libro y después cacareada por toda la pléyade de fascistas que parasitan en los medios de “comunicación”, entre los que descuella Jiménez Losantos. Todas esas cifras que vociferan chocan de bruces con la verdad cuando se estudia científicamente la historia, cuando se desgranan, por ejemplo, los documentos bien definidos y con basta información del Ministerio del Interior (Mvd-Mgb) y de la policía de estado (Ogpu-Nkvd) en el período de gobierno de Stalin (1924-1953), donde a pesar de una guerra civil, múltiples sabotajes y la agresión imperialista constante, aparte de una guerra mundial en territorio de la URSS contra las bestias fascistas, y resulta que según el análisis realizado por un equipo de historiadores rusos comandados por Viktor Zemskov en la época del anticomunista Yeltsin, las cifras de la represión política quedaron en algo menos de 800.000 fusilamientos, una cifra inferior a los condenados a muerte en EEUU en el mismo periodo en un contexto diametralmente diferente, y más beneficioso para la potencia norteamericana que para la patria de los soviets, del proletariado mundial. Pero la cuestión es ¿Y los muertos del capitalismo de Milei, Abascal y demás parásitos que prostituyen el término libertad cada día? Una media de 4 millones de personas – en su mayoría niños – mueren cada año en el mundo capitalista por enfermedades relacionadas con el agua y el saneamiento y, según UNICEF, cada día mueren 4.000 niños por ello, o lo que es lo mismo, 1.460.000 niños por año. Según la ONU, en el mundo capitalista actual, cada día mueren 24.000 personas de hambre en el mundo, lo que significan 8.760.000 personas en un año. Y aquí no se cuentan los asesinatos que perpetran los capitalistas en las guerras imperialistas, en los flujos migratorios que provocan sus saqueos, etcétera. Para sistema asesino, el capitalismo de Milei, y para asesinos los que defienden semejante sistema económico genocida.

Otras perlas que señaló este anticomunista argentino es que “el socialismo va en contra de la naturaleza humana y el socialismo deriva en esclavitud o muerte”. ¿Cuál es el gen que determina que la naturaleza humana sea capitalista o socialista? La naturaleza humana se encierra en su genética y las formaciones socioeconómicas no forman parte de la genética sino del terreno social. El socialismo va en contra del capitalismo, es su negación, pero es una creación teórica y práctica del ser humano y, por tanto, es inherente a éste, por lo que el mentecato de Milei debe negar la realidad y falsear para no concluir que la historia está en movimiento y que el capitalismo, al igual que otras formaciones socioeconómicas previas, irá al basurero de la historia y será sustituida por  una formación socioeconómica superior, como es el socialismo primero y, posteriormente, el comunismo.

Sin duda la indigencia intelectual de Milei es notable y su desconocimiento de su país y del socialismo es excelso.  Dijo Milei “En Argentina se ha multiplicado la pobreza por 10 en los últimos 50 años por culpa del socialismo”. Sin embargo, en Argentina en los últimos 50 años la formación socioeconómica existente ha sido el capitalismo, no el socialismo, y la extrema derecha ha gobernado prácticamente la mitad de esos años – Videla, Viola, Galtieri, Bignone, Menem y Macri. Y de los no mencionados aquí, sin ser de extrema derecha si algo no eran es socialistas. Por tanto, no es el socialismo el que ha generado la pobreza en Argentina sino el capitalismo, y la política de servidumbre a EEUU realizada por la mayoría de los dirigentes políticos argentinos, donde ninguno de ellos ha negado al capitalismo.

El chovinismo característico del fascista Milei se corrobora cuando este señala “la civilización occidental es la punta de lanza del progreso humano” y “Occidente es la civilización más próspera de la historia”. Coincide con la teoría del jardín del mundo de Borrell, un socialdemócrata. ¿Pero realmente es así? Basta mirar las condiciones de vida de la mayoría obrera en dichos países para darnos cuenta de que no es así, basta mirar los suicidios de obreros diarios, basta ver los zombies enganchados por fentanilo deambulando por las calles en EEUU, el problema de la drogadicción, la negación de la sanidad a una cantidad cada día superior de la sociedad, etcétera. Pero además, la riqueza de lo que denomina “Occidente” emana del genocidio en África, del expolio y el saqueo de América Latina, África y Asia, de las guerras generadas por las potencias imperialistas, del robo y la usura.

Y es que la visión fascista y miserable de Milei y su proyecto político, que es el proyecto político del Capital, quedó bien definido en sus palabras y que entrecomillamos:

  • La justicia social siempre es injusta porque implica un robo y perjudica a la generación de riqueza”. El robo es la esencia del capitalismo, la justicia social es que quien produce la riqueza, que es la clase obrera, tenga lo que genera y lo distribuya como considera y eso aterra a Milei, entre otras cosas porque es un parásito, al igual que todos sus compadres fascistas del evento.
  • Lo mejor para los trabajadores es que pacten contratos libremente con sus empleadores”, o lo que es lo mismo, liquidar el derecho de asociación y sindical de los trabajadores, aislar a los trabajadores al objeto de que los empresarios puedan explotar inmisericordemente a la clase obrera.
  • Lo mejor para el planeta es dejar que el mercado encuentre la mejor solución, como siempre”. Se echa en manos de la anarquía de la producción y deja bien claro que son los empresarios los que deben determinar y decidir, subordinando al planeta, y a la humanidad, a los empresarios y sus intereses.
  • La tarea del Estado debe ser defender la vida, la libertad y la propiedad privada de los individuos”. O lo que es lo mismo, defender los intereses de los empresarios y reprimir a la clase obrera. ¿Acaso está defendiendo el Estado argentino la vida de sus ciudadanos cuando corta la asistencia a los enfermos con cáncer y enfermedades crónicas? ¿Cuándo reduce un 43% el gasto en jubilaciones y pensiones y recortando más de 20.000 millones de gasto social y depauperando las condiciones de vida de la clase obrera a la par que favorece a los grandes empresarios y a los narcotraficantes? Milei está asesinando a su pueblo, matándolo de hambre con el aplauso de las multinacionales, de los adláteres con etiqueta de economista burgués, del fascismo.

Lo que hubo en Madrid el pasado fin de semana es el fascismo “elitista”. Pero estaríamos equivocados si nos quedáramos ahí. La ideología del Estado español es fascista, los medios de manipulación de masas – ninguno de ellos capaz de subsistir si no fuera por la inyección económica de los monopolios – vierten diariamente altas dosis de fascismo, de anticomunismo, de señalar a la clase obrera como enemigo al inmigrante, al que ocupa una vivienda vacía, al indigente, en definitiva, a confrontar a la clase obrera entre sí. El fascismo también trata de penetrar entre la clase obrera mostrándose como supuestamente rupturista con el régimen, expresando formas de extremada contundencia con la parte más débil del proletariado azuzando a los obreros contra otros obreros en aras del orden, de la identidad nacional, sexual o religiosa, no dudando en usar nomenclatura incluso obrerista a la par que se posiciona en defensa del Estado, en defensa de las fronteras, de las deportaciones de obreros nacidos en otras latitudes, abrazando el racismo y el nacionalismo españolista. Estos grupúsculos fascistas, como el Frente Obrero, promocionados por medios de comunicación y periodistas de extrema derecha y reaccionarios – como por ejemplo Alfonso Rojo o Iker Jiménez – es el mecanismo empleado por el fascismo, mostrando a sus cachorros como ejemplo a la clase obrera de lo que debe ser la “izquierda” que anhelan, sus falangistas del siglo XXI que confrontan a la clase obrera y que la pliegan al Estado fascista y sus principios franquistas, tratando de atraer a sectores de la clase obrera a la reacción. Estos grupúsculos defienden el mismo mundo que los Abascal, Le Pen o Milei y, por tanto, son la misma basura fascista que hay que combatir.

El oportunismo y la socialdemocracia, terriblemente lacayuna y subordinada al imperialismo, a los intereses de los monopolios, engaña permanentemente a la clase obrera abonando el terreno entre la clase obrera para que penetre el discurso fascista. Por ello, es necesario fortalecer las filas del Partido, es necesario unir al Partido con la clase obrera y sus organizaciones conformando un Frente Antifascista, cuya dirección únicamente puede ser revolucionaria y socialista para confrontar con el fascismo y derrotarlo.

 

¡VIVA EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO!

¡PROLETARIOS, UNÍOS CONTRA EL FASCISMO Y POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!

¡SOCIALISMO O BARBARIE!

 

24 de mayo de 2024

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)




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