Desde que se iniciaran los protocolos del COVID-19 hemos visto cómo en las universidades públicas se ha hecho una gestión nefasta de la pandemia. Los decanatos, en la mayoría de los casos han optado por ignorar la situación de desamparo académico de la universidad, abandonando a su suerte al profesorado y al alumnado, dejando los cursos en el aire, sin garantizar los recursos necesarios para realizar las clases de manera telemática.
En aquel momento, muchas universidades, profesores y muchos medios, vendieron aquella situación como un problema de falta de preparación, la pandemia pilló por sorpresa a las instituciones educativas y estas hicieron lo que buenamente pudieron con los medios disponibles.
Bien, la pandemia y sus consecuencias en España comenzaron a mediados de marzo de este año, es decir, hace unos 6 meses. En estos 6 meses hemos vivido la desescalada, la “nueva normalidad” y sus medidas, así como se han modificado muchos de los hábitos y costumbres de nuestro día a día, lo que parece no haber cambiado es la previsión de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de Toledo, quien ha protagonizado uno de los espectáculos más bochornosos de la pandemia, tanto por su contenido, como en su forma.
El curso tenía inicio previsto en el 21 de septiembre, fecha ya tardía respecto a lo que se acostumbra al inicio del curso. Pocos días antes del 21, se informa que para poder habilitar correctamente el centro San Pedro Mártir y Madre de Dios se retrasarían las clases hasta el 28 de septiembre, para cumplir así con el inicio presencial de las clases.
El problema lo vemos cuando, el día 23 de septiembre, el delegado de la facultad informa, vía WhatsApp al alumnado que pasen a todos los grupos de clase la información de que el día 28 comenzarán las clases, pero de forma telemática, contradiciendo totalmente las instrucciones e informaciones dadas días antes en un mail. Tras esto, varios alumnos se sorprenden de las formas en las que la universidad comunica esto a los alumnos y deciden, vía redes sociales, ponerse en contacto con la universidad, quien confirma lo dicho por el delegado de la facultad. Acto seguido y mediante una publicación en Instagram, la universidad confirma esta información, las clases se realizarán de manera no presencial para todos los cursos.
Dos días más tarde se envía un comunicado a los alumnos confirmando la información que previamente se había facilitado primero por Whatsapp y luego por Instagram, sin mucho detalle ni explicaciones, sino más bien el envío de una confirmación de lo que ya se sabía, pero dos días más tarde y por el cauce que debiera haber sido informado desde un inicio.
Esto pudiera parecer simplemente un desliz o un error, pero debemos entender el contexto en el que esto ocurre. Existe una realidad, y es que las universidades son lugar de migración de estudiantado de diversas partes del Estado, ya sea por preferencia, comodidad, facilidad económica u otros factores, muchos estudiantes han de desplazarse hasta la ciudad de Toledo para cursar sus estudios en la UCLM de Toledo, han de cargar con sus pertenencias, desplazarse en algunos casos cientos de kilómetros y además pagar residencias, pisos y todos los gastos, aparte de una matrícula universitaria que en Castilla La Mancha ronda de media los 900€/año. Todo esto supone que, a día de hoy, los estudiantes habrán desembolsado entre medio y un mes de gastos para que ahora la universidad lo resuma todo con una disculpa y pida “afrontar con ánimo este comienzo”.
Es evidente que la universidad ha tenido tiempo sobrado para prever e informar al estudiantado de las posibles medidas, al igual que de preparar las aulas y los medios por los que se impartiría clase, pero ha preferido no hacerlo ya que sabe que, de haber sabido que el curso sería telemático en su mayoría, una parte importante del estudiantado hubiera elegido otra universidad para este curso. De nuevo vemos como las universidades que se dicen públicas trabajan con el engaño y la duda a fin de no perder sus beneficios económicos, abandonando totalmente a su suerte al estudiantado.
Contra esta situación no queda más que la organización de todos los estudiantes, pues tan solo unidos y de manera coordinada se nos escuchará y podremos lucha contra el modelo universitario actual, que lejos de ser un lugar donde expandir nuestro conocimiento y evolucionar como personas, es una máquina de crear trabajadores precarios y sin conciencia, inoculando ideología burguesa a cada paso, fomentando el individualismo y siendo una mina de trabajo gratuito para las empresas a través de las “prácticas”. ¡Estudiante, no permitas que te sigan pasando por encima y se sigan riendo de ti!
¡LUCHÉMOS POR UNA UNIVERSIDAD PROLETARIA!
¡EL CONOCIMIENTO HA DE SER DEL PUEBLO!
¡ORGANÍZATE CONTRA LA EDUCACIÓN CAPITALISTA!
A 7 de octubre de 2020 en Toledo
PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE) EN TOLEDO
PARTIDO COMUNISTA DE LOS PUEBLOS DE ESPAÑA (PCPE) EN TOLEDO