Que el objetivo del capitalismo es reducir la esperanza de vida de la clase obrera al periodo de la vida productiva no debe extrañarnos en absoluto. Al capitalismo, debido a la automatización de la producción, le sobran miles de vidas y ya no tiene que preocuparse de que en lo que le paga al obrero por su trabajo vaya incluida, aparte de lo necesario para su propia supervivencia, lo necesario para la reproducción de la mano de obra en la figura de su descendencia. Los salarios, comparados a la inflación galopante a la que ha sucumbido el sistema por crear capital ficticio, se han devaluado hasta puntos impensables y, actualmente, un veinte por ciento de trabajadores en España pueden considerarse trabajadores pobres. La burguesía lleva a cabo acciones encubiertas como la dificultad de acceso a una alimentación digna para miles de niños en España y la depauperización de todo el sistema público el cual esquilma con cosas como las privatizaciones para reducir dicha esperanza. No hay que olvidar que los 11500 millones de euros que ha tenido que incorporar recientemente el Estado español para alcanzar el 2% del PIB para cumplir con los objetivos de la OTAN, aparte de los 1100 millones que Pedro Sánchez entregó a Zelenski hace unos días, saldrán de un nuevo recorte en el presupuesto público. Además, para blanquear este estado de cosas, la burguesía ha lanzado opciones políticas que, manejadas por su monopolio informativo, calan en la clase obrera con una mirada puesta en la rentabilidad del sector público, el cual hay que desmantelar para seguir aumentando sus plusvalías, y desviando el verdadero enemigo que tiene la clase obrera, que es el capitalismo, hacia tendencias racistas, nacionalistas y chovinistas. Al capitalismo actual sólo le queda salir por el fascismo.
En el caso general de Catalunya nos centraremos puntualmente en una forma de reducir la esperanza de vida de la clase obrera, la depauperización y la dificultad de acceso al servicio público de sanidad. Catalunya es una comunidad que ha llevado a cabo varias movilizaciones este año en defensa de la sanidad pública, gratuita y universal y que han tenido una buena respuesta. Los diferentes gritos de alerta lanzados por la población y los trabajadores del sector sobre la degradación de la sanidad pública, no han tenido una respuesta decidida y concreta por parte de la Administración. Y es que el desmantelamiento de la sanidad pública en Catalunya, gobierne quien gobierne, es un hecho consumado que se ejecuta de forma progresiva desde hace muchos años. Nos remontamos al gobierno tripartito de 2003 formado por PSC, ERC y la extinta Iniciativa per Catalunya. En ese periodo, en el caso de España, el gasto sanitario público sobre el PIB se ubicó en 2003 en el 7,8% que suena un poco insuficiente. El mismo año, Cataluña dedicó a este ámbito el 6,3%, destinando importantes partidas hacia otros ámbitos a los que dicho gobierno dio prioridad. Luego vinieron los sucesivos gobiernos de la extinta Convergencia, que trajeron amplios y numerosos recortes en la sanidad pública y que, bajo la consigna del nacionalismo a ultranza, trajeron un desmantelamiento de una buena parte de la sanidad pública en Catalunya a la que la clase obrera transigió por no haber un movimiento obrero fuerte y cohesionado. En los sucesivos gobiernos autonómicos, cambiaron los actores pero el patrón fue el mismo. La burguesía y su partitocracia son plenamente corporativos, los trabajadores todavía no por falta de una organización potente. La herramienta básica ha sido la externalización, a la que el SISCAT vino a unirse al ICS, única corporación que había anteriormente, y que hacen que ahora sean dos actores los que quieren obtener rentabilidad y ganancias de un sistema público que se encuentra en los huesos. El SISCAT es el paraguas que integra todos los recursos sanitarios públicos con diversidad de proveedores y fórmulas de gestión: equipos de atención primaria, hospitales, centros sociosanitarios, centros de salud mental, recursos de transporte sanitario urgente y otros servicios sanitarios (rehabilitación, oxigenoterapia, etc.). En cualquier caso, no se puede dejar de hacer notar que el gasto sanitario total, después de unos años de contención por una crisis, en este caso la de la COVID, no ha vuelto a mostrar una tendencia creciente, más bien lo contrario, y que estos datos están directamente relacionados con el deterioro de la calidad asistencial en el ámbito de la atención primaria y comunitaria. Además, tras la COVID se ha digitalizado todo el sector servicios (para pedir hora, resultados etc.) lo que redunda en el despido masivo del personal administrativo. Todo esto repercute sobre el usuario, expulsando a un público potencial mediante la brecha digital, básicamente ancianos y personas de bajos recursos económicos, y que cumplen a la perfección con la misión encomendada de reducir la esperanza de vida de la clase obrera.
En el caso concreto de Barcelona, ha sucedido en el CAP (Centro de Atención Primaria) de la calle Río de Janeiro de Barcelona, primer lugar donde acude un paciente por algún problema de salud. Este CAP está situado en una zona de alta densidad de población, con una media de recursos económicos que no permiten a esta población ir a la sanidad privada y que reciben una nueva vuelta de tuerca en sus posibilidades de acceder a una sanidad pública de calidad. Para informar de las medidas consumadas, han reunido al personal que trabaja en el centro para decirles que este año el CAP tiene presupuestado 800.000 euros menos que el año pasado y que hay que despedir a tres administrativos, una enfermera y un médico que peligra. Además de todo esto, las plazas no se van a cubrir, así como ninguna baja. Tampoco van a dejar doblar turno a nadie y la semana del 16 agosto y la primera de septiembre se ha de hacer algo por cubrir al personal que está de vacaciones ya que, como resaltamos más arriba, no se van a cubrir las plazas. Este caso puntual es la tónica general que se vive en Catalunya.
Delimitado este contexto, echemos un vistazo a cómo se encuentra el movimiento obrero dentro del sector sanitario en Catalunya. La mala situación de los trabajadores de la sanidad, y de todos los sectores en general, viene dada por la división que ERC y los sindicatos verticales CCOO y UGT, han perpetrado con la intención de destruir una respuesta contundente por parte de la clase obrera. Estas iniciativas han minado la unidad de los trabajadores que es lo que da conciencia de su número y su fuerza. También ha lastrado mucho la lucha sectorial que ha creado una especie de clases sociales en el ámbito sanitario. Por un lado los médicos, por otro lado las enfermeras y, por otro, el resto de personal. Esto, no cabe duda, es otro de los éxitos que lleva a cabo la burguesía, aprovechándose de actores políticos creados artificialmente por ellos mismos, para llevar a cabo una política acorde a sus intereses.
El sistema capitalista actual tiene claro cómo y hacia dónde dirige a la clase obrera. Por eso, a la lucha de la clase obrera debemos insuflarle conciencia de clase mediante un partido revolucionario de vanguardia. Esta herramienta primordial, de la que ya se sirve la burguesía con óptimos resultados para sus intereses, debe ser utilizada por la clase obrera para canalizar su odio hacia acciones concretas que combatan la violencia con la que la burguesía tiende a desmovilizar y violentar los intereses de la clase trabajadora. Para terminar con la sectorialización de las luchas y la desmovilización de la clase obrera mediante la inacción de entes artificiales creados por la propia burguesía, como CCOO, UGT y los partidos del arco parlamentario que velan por que persista la dictadura del capital sobre las masas.
Por ello desde el Partit Comunista Obrer de Catalunya llamamos a unir todas las luchas en el Frente Único del Pueblo como herramienta de nuestra clase para organizar sus estructuras de poder. La única salida para la clase obrera es la construcción de la sociedad socialista, libre de esta clase social parasitaria y asesina.
¡Obrero y estudiante milita en el PCOC!
¡Por la unidad proletaria en el FUP!
¡Frente a la miseria capitalista, la alternativa revolucionaria!
Comité nacional de Cataluña del PCOC
La reducció de l’esperança de vida
Que l’objectiu del capitalisme és reduir l’esperança de vida de la classe obrera al període de la vida productiva no ens ha d’estranyar gens. Al capitalisme, a causa de l’automatització de la producció, li sobren milers de vinyes i ja no ha de preocupar-se que en el que li paga a l’obrer pel seu treball vagi inclosa, a part del necessari per a la seva pròpia supervivència, el necessari per a la reproducció de la mà d’obra a la figura de la seva descendència. Els salaris, comparats amb la inflació galopant a la qual ha sucumbit el sistema per crear capital fictici, s’han devaluat fins a punts impensables i, actualment, un vint per cent de treballadors a Espanya es poden considerar treballadors pobres. La burgesia duu a terme accions encobertes com la dificultat d’accés a una alimentació digna per a milers de nens a Espanya i la depauperització de tot el sistema públic el qual exhaureix amb coses com les privatitzacions per reduir aquesta esperança. No cal oblidar els 11500 milions d’euros que ha hagut d’incorporar recentment l’estat espanyol per aconseguir el 2% del PIB per complir els objectius de l’OTAN, a part dels 1100 milions que Pedro Sánchez va lliurar a Zelenski fa uns dies, sortiran d’una nova retallada al pressupost públic. A més, per blanquejar aquest estat de coses, la burgesia ha llençat opcions polítiques que, manejades pel seu monopoli informatiu, calen a la classe obrera amb una mirada posada en la rendibilitat del sector públic, el qual cal desmantellar per seguir augmentat les seves plusvàlues, i desviant el veritable enemics que té la classe obrera, que és el capitalisme, cap a tendències racistes, nacionalistes i xovinistes. Al capitalisme actual només li queda sortir pel feixisme.
Al cas general de Catalunya ens centrarem puntualment en una manera de reduir l’esperança de vida de la classe obrera, la depauperització i la dificultat d’accés al servei públic de sanitat. Catalunya és una comunitat que ha dut a terme diverses mobilitzacions aquest any en defensa de la sanitat pública, gratuïta i universal i que han tingut una bona resposta. Els diferents crits d’alerta llançats per la població i els treballadors del sector sobre la degradació de la sanitat pública no han tingut una resposta decidida i concreta per part de l’Administració. I és que el desmantelament de la sanitat pública a Catalunya, governi qui governi, és un fet consumat que s’executa de manera progressiva des de fa molts anys. Ens remuntem al govern tripartit del 2003 format per PSC, ERC i l’extinta Iniciativa per Catalunya. En aquest període, en el cas d’Espanya, la despesa de la sanitat pública sobre el PIB es va situar el 2003 en el 7,8% que sona una mica insuficient. El mateix any, Catalunya va dedicar a aquest àmbit el 6,3%, destinant importants partides cap a altres àmbits a què aquest govern va donar prioritat. Després van venir els successius governs de l’extinta Convergència, que van portar amplis i nombrosos retalls a la sanitat pública i que, sota la consigna del nacionalisme a ultrança, van portar un desmantellament d’una bona part de la sanitat pública a Catalunya a la qual la classe obrera va transigir per no haver-hi un moviment obrer fort i cohesionat. Els successius governs autonòmics, van canviar els actors però el patró va ser el mateix. La burgesia i la seva partitocràcia són plenament corporatius, els treballadors encara no per manca d’una organització potent. L’eina bàsica ha estat l’externalització, a la qual el SISCAT va venir a unir-se a l’ICS, única corporació que hi havia anteriorment, i que fan que ara siguin dos actors els que volen obtenir rentabilitat i guanys d’un sistema públic que es troba als ossos. El SISCAT és el paraigua que integra tots els recursos sanitaris públics amb diversitat de proveïdors i fórmules de gestió: equips d’atenció primària, hospitals, centres sociosanitaris, centres de salut mental, recursos de transport sanitari urgent i altres serveis sanitaris (rehabilitació, oxigenoteràpia , etc.). En qualsevol cas, no es pot deixar de fer notar que la despesa sanitaria total, després d’uns anys de contenció per la enèsima crisi, en aquest cas la de la COVID, no ha tornat a mostrar una tendència creixent, més aviat el contrari, i que aquests dades estan directament relacionades amb el deteriorament de la qualitat asistencial a l’àmbit de l’atenció primària i comunitària. A més, després de la COVID s’ha digitalitzat tot el sector serveis (per demanar hora, resultats etc.) el que provoca el acomiadament massiu del personal administratiu. Tot això repercuteix sobre l’usuari, expulsant un públic potencial mitjançant la bretxa digital, bàsicament ancians i persones de baixos recursos econòmics, i que compleixen perfectament amb la missió encomanada de reduir l’esperança de vida de la classe obrera.
En el cas concret de Barcelona, de tot això que diem, portem un exemple que ha succeït al CAP (Centre d’Atenció Primària) del carrer Rio de Janeiro de Barcelona, primer lloc on acudeix un pacient per algun problema de salut. Aquest CAP està situat en una zona d’alta densitat de població, amb una mitjana de recursos econòmics que no permeten a aquesta població anar a la sanitat privada i que reben una nova volta de rosca en les seves possibilitats d’accedir a una sanitat pública de qualitat. Per informar de les mesures consumades, han reunit el personal que treballa al centre per dir-los que aquest any el CAP té pressupostat 800.000 euros menys que l’any passat i que cal acomiadar tres administratius, una infermera i un metge que perilla. A més de tot això, les places no es cobriran, així com cap baixa. Tampoc deixaran doblegar torn a ningú i la setmana del 16 agost i la primera de setembre s’han de fer alguna cosa per cobrir el personal que està de vacances ja que, com ressaltem més amunt, no es cobriran les places. Aquest cas puntual és la tònica general que es viu a Catalunya.
Delimitat aquest context, fem una ullada a com es troba el moviment obrer dins del sector sanitari a Catalunya. La mala situació dels treballadors de la sanitat, i de tots els sectors en general, ve donada per la divisió que ERC i els sindicats verticals CCOO i UGT han perpetrat amb la intenció de destruir una resposta contundent per part de la classe obrera. Aquestes iniciatives han minat la unitat dels treballadors que és el que dóna consciència del seu número i de la seva força. També ha estat molt nociva la lluita sectorial que ha creat una mena de classes socials en l’àmbit sanitari. D’una banda, els metges, d’altra banda les infermeres i, de l’altra, la resta de personal. Això, sens dubte, és un altre dels èxits que duu a terme la burgesia, aprofitant-se d’actors polítics creats artificialment per ells mateixos, per dur a terme una política d’acord amb els seus interessos.
El sistema capitalista actual té clar com i cap a on dirigeix la classe obrera. Per això, a la lluita de la classe obrera cal insuflar-li consciència de classe mitjançant un partit revolucionari d’avantguarda. Aquesta eina primordial, de la qual ja se serveix la burgesia amb òptims resultats per als seus interessos, ha de ser utilitzada per la classe obrera per canalitzar el seu odi cap a accions concretes que combatin la violència amb què la burgesia tendeix a desmobilitzar i violentar els interessos de la classe treballadora. Per acabar amb la sectorialització de les lluites i la desmobilització de la classe obrera mitjançant la inacció d’ens artificials creats per la mateixa burgesia, com ara CCOO, UGT i els partits de l’arc parlamentari que vetllen perquè persisteixi la dictadura del capital sobre les masses, cridem a unir totes les lluites al Front Únic del Poble com a eina de la nostra classe per organitzar les seves estructures de poder. L´única sortida per a la classe obrera és la construcció de la societat socialista, lliure d´aquesta classe social parasitària i assassina. Des del Partit Comunista Obrer de Catalunya advoquem per la unió de tot el moviment obrer i, amb el partit a l’avantguarda, destruir aquest sistema criminal. Un cop aconseguit, la resposta serà clara i contundent. Desde el PCOC treballem per això.
Obrer i estudiant milita al PCOC!
Per la unitat proletària al FUP!
Davant la misèria capitalista, l’alternativa revolucionària!
Comitè nacional de Catalunya del PCOC